"Vivimos aquí y hace tiempo que queríamos conocerlo. Ahora hemos aprovechado la ocasión". Así valoró Miguel la visita guiada al Palmétum que realizó el pasado viernes junto a su familia y otras tres. En total, 15 personas, el guía y dos "empotrados". Dos palabras resumen la visita al jardín botánico, uno de los mayores de palmeras del mundo: sorpresa y admiración. Varias son las razones para esa conclusión. Los protagonistas las descubrieron poco a poco durante las dos horas de recorrido en subida tras partir de la sala de exposiciones en la planta baja. De la pura teoría a vivirlo; o sea "verlo", "olerlo" y hasta "tocarlo".

En primer lugar, la belleza de lo desconocido, porque hubo coincidencia en que "lo han descubierto antes los extranjeros que nosotros". Por otro lado, la posibilidad de "recorrer todo el mundo según su muestra vegetal". Y, finalmente, la curiosidad que despierta la reconversión del que fuera lazareto en un vergel natural.

A Miguel lo acompañan su pareja, Mercedes; sus hijas, Lucía y Sofía, así como los abuelos, Nena y Ruperto. Una completa respuesta al sentido "intergeneracional" de la propuesta.

Junto a ellos, José y Aránzazu, acompañados del pequeño Joan, que a sus 11 años demostró estar entre los mejores de la clase con sus respuestas a las preguntas de Aarón, el guía. Por ejemplo, al nombrar con acierto al drago como el árbol a mencionar o adivinar una de las tres R (en este caso reciclar) fundamentales de la sostenibilidad junto a reducir y reutilizar.

Luciano, Elena y Marta son peninsulares y desde 2014 residen en Santa Cruz. Fueron de los más "preguntones". Los atrajo que el espacio fuera antes vertedero. Entablaron conversación con Aarón -de El Suculum- sobre un fenómeno en Anaga: la cada vez más amplia colonia de patos de Igueste.

Antes de recorrer el planeta, una primera parada en Canarias que incluyó referencias a bosques termófilos, palmeras, sauces, cañaverales o cardones.

A medida que se sube se atenúan los ruidos de la ciudad hasta casi desaparecer. Solo se escucha el viento de un día de invierno, aunque la brisa va y viene. Cosa de esos microclimas nuestros. Llegar a los Miradores del Pacífico permite disfrutar de una vista única de la urbe o contemplar el mar gris propio de la estación. Luego aparecen paisajes de Madagascar, Nueva Caledonia o Australia. Y especies como la platanera, la caña de azúcar, la araucaria y el sicomoro, además de ecosistemas únicos, caso de los manglares. O el octógono, orgullo para quien lo muestra ante la sorpresa del visitante.

Entre conceptos como biodiversidad o sostenibilidad, se esconde este paraíso digno de visitar. Un gran desconocido, sobre todo para el nativo que estos días tiene la oportunidad de saber qué se esconde en esa montaña y, además, con guía y junto a los suyos. El Palmétum de las familias.

Plazo para disfrutar de la experiencia hasta el sábado día 7

Las visitas guiadas gratuitas al Palmétum para familias residentes se mantendrán hasta el próximo sábado día 7. La iniciativa, impulsada por la Fundación Cepsa y la Fundación Santa Cruz Sostenible, consiste en la realización de visitas intergeneracionales al jardín botánico de la capital de la mano de monitores ambientales especializados. Esta iniciativa estará disponible desde hoy hasta el sábado. Las visitas se desarrollarán entre las 10:00 y las 12:00 y, en el caso de que se reúnan grupos con un mínimo de 15 personas, también entre las 16:00 y las 18:00 horas. Las inscripciones previas se tramitan a través del correo electrónico info@santacruzsostenible.com o en los teléfonos 922 970 618 (extensión 317) y 606 573 953.