"Venga usted con nosotros a recorrer los puntos inaccesibles que hay en el barrio". Y Carlos Correa, concejal del área, aceptó el reto. La tarde del pasado martes, en medio de un intenso calor, "dio la gran vuelta a la manzana" para vivir en su piel, silla de ruedas incluida, los sufrimientos diarios de cualquier persona discapacitada.

A Correa y a los miembros de la junta directiva de la asociación de vecinos les acompañó la edil del Distrito Salud-La Salle, Yolanda Moliné, y su coordinadora, Marta Vela, para escuchar las propuestas ciudadanas, centradas en aspectos relativos a la limpieza, la seguridad y la movilidad.

Desde la sede vecinal, la comitiva partió por la calle central del barrio y paró en la intersección con Muñoz Seca, uno de los "puntos negros" denunciados por el colectivo. Correa reconoció que "en el presupuesto actual estamos muy limitados", pero se comprometió a "analizar las necesidades para incluirlos en el próximo y a afrontar la solución a los 3.000 pequeños problemas de accesibilidad diagnosticados".

Entre alguna petición de los vecinos con los que se encontraban, los concejales y los directivos bajaron al gran parque Santa Bárbara, ya en La Cepsa, y comprobaron que en la calle Ramiro de Maeztu, donde se ubica, no existe ni una sola rampa para que entren al recinto las personas discapacitadas. Prometieron estudiar la situación.

Las conversaciones giraron en torno al futuro de la barriada de José Antonio y su futuro dentro del proceso de reposición de La Candelaria.

Moliné observó la necesidad de hacer un esfuerzo por incrementar la frecuencia con que los servicios de limpieza atienden parques y jardines, así como emprender acciones desde el distrito para incrementar la concienciación ciudadana.

"Somos plenamente conscientes de que la zona precisa atención adicional, dadas sus específicas circunstancias, y confiamos en poder dar pronta respuesta a todas sus demandas", manifestó la edil, quien resaltó la fluida comunicación de la asociación a la hora de plantear sus inquietudes.

Las conclusión del colectivo vecinal es "muy positiva. Igual que somos muy críticos en ocasiones, también agradecemos que hayan venido al barrio a conocer lo que reclaman los vecinos. Nosotros pensamos que la asociación debe ser una correa de transmisión entre ellos y el ayuntamiento".

Cambio de cartera

"Amable, atenta y eficaz en su trabajo". Así valoraron ayer desde la asociación de vecinos Azorín a la nueva cartera, que, desde hace unas semanas y coincidiendo con el inicio del mes de agosto, se ocupa de distribuir la correspondencia en la zona. "Si han cambiado a la anterior, cuya labor en nuestra opinión ocasionaba múltiples problemas, es una buena decisión", apuntan para añadir: "Poco a poco va conociendo a los vecinos y después de pasar el lógico período de adaptación no habrá problemas al menos de parte de los que vivimos aquí. Agradecemos a quien haya tomado la medida porque ha escuchado nuestra voz".