Enrique Camacho es vecino de Celia Cruz, calle donde vive, a 50 metros de donde dirigirá su primera gala adulta el 3 de febrero de 2016. Tenía solo seis años cuando fue su gala favorita: Egipto, 1987. Sabe hasta el tiempo exacto de la obertura que hizo su "padre artístico", Jaime Azpilicueta, en el desembarco del Carnaval en la plaza de España. Camacho tiene un reto: 2:35 horas sin dar tregua al público para ir a la cantina.

Por fin consigue dirigir la gala de la reina.

Dirigir la gala era una meta muy alta y afortunadamente hemos llegado a la pista de salida.

¿La gala infantil 2015 fue su PAU para llegar a la adulta?

Supongo que habrá quien dijo: vamos a ver si supera la prueba; pero no me lo planteé así.

¿La gala del próximo año se parecerá a su favorita, la de Egipto?

Tendrá algo parecido. La gala era antes de los concursos y todo era nuevo; ahora estamos trabajando para que haya actuaciones inéditas. La obertura también será muy cortita; la de Egipto duro tres minutos y cincuenta segundos. La de 2016, de seis minutos como mucho.

¿Cuánto durará la gala?

Estamos trabajando para que no supere las 2:35 horas. Dependerá del número de candidatas. Si hay más de 16 aspirantes, durará más seguro.

¿Los Años 80 era su motivo favorito?

De los que salieron a votación, sí.

¿Es partidario de tres directores para tres galas?

Cada uno se puede centrar en su trabajo y eso beneficia: Geni Afonso, con la gala de los mayores y Lucas Balboa, con la infantil. ¿Negativo? Que son tres equipos de trabajo con tres conceptos de espectáculos diferentes. El equipo de la gala adulta será similar al de la tercera edad; yo estaré en el de Geni. Nos reuniremos a ver si logramos ser tres directores con un equipo común y ayudarnos entre todos.

Cuándo la organización elige tres directores, ¿fomenta el pique artístico?

No me lo tomo así. Se trata de hacer el trabajo que te encargan lo mejor posible.

¿Un director artístico debe tener un tiempo "de mandato"?

Me gustaría hacer varias galas por los temas que tengo en cabeza.

¿Prepara una gala de elección de la reina o una gala de Carnaval?

Tanto la concejala de Fiestas como yo coincidimos en que hay que resaltar el concurso de la elección de la reina. Las protagonistas son ellas; pero es el acto de coronación de la soberana, por lo que el Carnaval tiene que estar arropándola.

¿Va a mimar a las casas comerciales que patrocinan los trajes?

Si conseguimos un espectáculo que enganche en televisión, la casa comercial verá más recompensada su inversión con una mayor audiencia.

¿Saldrán todos los grupos en la gala?

Sí, aunque no necesariamente tienen que salir las formaciones completas. La predisposición al trabajo conjunto ha sido muy buena: no vamos a trabajar para la individualidad de cada grupo, sino por el conjunto del espectáculo, y todos están por la labor.

¿Qué quiere que diga el público cuando acabe el espectáculo?

Quiero que no desconecten. Mi objetivo es que la gente se quede en la silla y no vaya a por la cerveza durante la gala; eso significaría que estarían enganchados de principio a fin.

¿Habrá alguna actuación estrella?

Sí. Estamos trabajando en eso. No le voy a decir quién vendrá, pero sí que todo el público podrá cantar los temas por su popularidad. Desde que lo tengamos, lo vamos a presentar. No vamos a esperar a febrero. En la gala solo se escucharán temas de 1980 a 1989, soy bastante tiquis miquis.

¿Ya tiene el guion?

Si, está ya el primer guion, la estructura. Como dice Jaime Azpilicueta, el Carnaval es como los Oscar, siempre es lo mismo. Hay que trabajar para que parezca que es algo diferente.

¿Se considera el hijo artístico de Azpilicueta?

Si no fuera gracias a él estaría trabajando en un banco, o en una radio.

Recupera a Carlos Saenz para la escenografía, un incondicional en el equipo de Azpilicueta.

Va a ser un decorado como los de antes, en la onda de los años 80 y muy colorido. El motivo permite algo muy llamativo. No habrá cortina led, sino dos pantallas de seguimiento a ambos lados del escenario.

¿Qué es lo más difícil de la gala?

Es un espectáculo muy complicado porque, además de la parte artística, hay una presión social por lo que significa para la Isla y Canarias. Es imposible contentar a todo el mundo.