El último pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz fue el más breve de los últimos cuatros años. En cinco minutos se aprobaron cuatro puntos sin comentario, con las excepciones de Ángela Mena, edil de Viviendas Municipales, que quiso "agradecer las aportaciones" de la oposición, y de Tino Guzmán Plasencia, que pidió un minuto de silencio por el fallecido Pedro Zerolo.

Ni Hilario Rodríguez, concejal saliente de CC, ni José Manuel Corrales, que apareció y desapareció como una exhalación, quisieron hacer declaraciones. También se escabulló de manera rápida José Ángel Martín, primer teniente de alcalde socialista. Martín permanece hasta ahora en un prudente segundo plano, a la espera de que el escenario de posibles pactos esbozado por el alcalde nacionalista José Manuel Bermúdez termine de cristalizarse. El pleno de ayer pudo ser el último que comparta presidencia con Bermúdez o no, dependiendo de cómo se desarrollen las negociaciones en las próximas 48 horas.

Entre los ausentes, Alexis Oliva (PP), que se encontraba fuera de España; Guillermo Guigou, de Ciudadanos de Santa Cruz; las socialistas Yuri Mas, que no repite, y Clara Isabel Segura, que llegó al final porque estaba en otro acto.

Fernando Ballesteros (CCN) valoró como "una experiencia enorme" su paso como concejal. Opinó que la forma "de hacer política" de la corporación anterior a 2011 "no era la más adecuada", pero que esto ha podido cambiarse en los últimos cuatro años "gracias a la labor del grupo de gobierno y también de la oposición". "Ha sido un mandato difícil pero muy positivo", concluyó.

Más crítico con algunas de las situaciones vividas estos cuatro años fue el alcalde, que, en declaraciones a los medios, aseguró que en cuatro años no habían tenido "una cooperación por parte de la oposición para sacar temas importantes en Santa Cruz". "La oposición ha tenido momentos muy duros, ya les he dicho que creo que han estado más por los intereses de desgaste del grupo de gobierno que por los de la ciudad", dijo, para añadir que este tipo de fórmulas o comportamiento son "lícitos", pero que él no los comparte.

Esta idea enlazó con el rechazo reiterado de Bermúdez de gobernar en minoría. "Gobernar en minoría de manera estable no es que no te hagan una moción de censura, es gobernar todos los días, sacar todos los días expedientes. Es gobernar una ciudad y no estar a la merced de los dictados de la oposición porque tienen mayoría", dijo, para recordar que él cree que lo mejor para la ciudad es un gobierno "estable".

Bermúdez reiteró que está "contento" con el trabajo de los últimos cuatro años. Calificó el pacto CC-PSOE como "un buen gobierno", que había "pacificado la ciudad en muchos aspectos, que ha sacado adelante proyectos que estaban sin sacar desde hace muchos años y mejorado la situación del ayuntamiento para encarar los próximos cuatro años". El peor momento del mandato, recordó, fue el accidente de Saida en la gala del Carnaval.

Los que se van y quisieron hablar, como Alberto Bernabé, solo tuvieron palabras de agradecimiento. Bernabé, que se va como consejero de CC al Cabildo, explicó que cierra "una etapa" que para él ha sido "un auténtico máster". "Lo he vivido con mucha intensidad, unida a la gran complejidad económica de 2011", para añadir que "detrás de la mejora económica" lograda están las "mejoras en los servicios a los ciudadanos".

Ángela Mena, que abandona la arena política, dijo que se lleva el haber "contribuido a que mucha gente haya mejorado su calidad de vida" y el haber llevado "la participación ciudadana y el arte a cualquier aspecto".

La socialista Clara Isabel Segura, que también abandona la política para dedicarse a sus proyectos personales, se mostró "satisfecha" del trabajo realizado tanto en el distrito como en el Organismo Autónomo de Cultura (OAC) y confió en que dicha labor encontrara continuidad.

Ambiente festivo en general, aunque el grupo de gobierno suspendió la salida de fin de fiesta que tenía prevista para cenar a base de pactos y cábalas en la sede de Coalición Canaria en la calle Galcerán. Pero esa es otra historia.