Los vecinos del Bloque 31 de Miramar estaban ayer entre indignados y asustados. La fuerte lluvia del domingo inundó sus casas a través de las grietas de unas paredes que esperan hace cinco años por una rehabilitación anunciada. A Juan, del 8 C, le salían chorros por el televisor. Y Rocío, mayor y enferma, contemplaba sentada en el sillón de su casa, el 13 C, cómo el agua caía sobre los cubos. "Salía agua por la lámpara", asegura.

"Menos mal que tengo la costumbre de desenchufar el televisor por las noches porque si mi hija de ocho años se levanta y pisa el alargador...", apunta Juan quien recuerda: "Estaba acostado de madrugada (del sábado al domingo) oí ruido de agua muy cerca. Me levanté y cuando me asomé salía a chorros del televisor y el suelo estaba lleno de charcos. Entra agua hasta por el balcón con cristalera".

Rocío asegura: "no me contestan en Vivienda y nos sentimos engañados por la concejala Ángela Mena. Esto era una cascada y menos mal que me han ayudado los vecinos. Estoy enferma, no puedo andar ni coger peso. Quiso que me fuera a otro sitio y le dije que iba a uno de sus chalets y que ella venga aquí. El 9 de noviembre de 2009 ingresé 1.125 euros para la rehabilitación. Ahora dicen que han subido 150 más, pero no han hecho nada. Esperan no sé qué proyecto hace cinco años. Repito que llega el invierno y solo nos dan largas. Vienen, ponen una tirita y se van. Se cayó un trozo de baño, lo taparon y ahora está otra vez fatal. Cuando no hay vergüenza sobra todo, incluso las promesas".

En el primer piso, apuntaban: "Llevamos así dos años. Viviendas parcheó la azotea y siguen las grietas. El seguro no paga porque el edificio está mal, cada vez peor".