Escribo estas breves líneas en relación con el desgraciado fallecimiento de una señora de 56 años como consecuencia del temporal acontecido en la mañana del pasado domingo 19 de octubre.

Concretamente, los hechos tuvieron lugar en el barrio de La Salud de Santa Cruz de Tenerife, al cual me hallo vinculado desde mi infancia.

Según me comentan algunas de las personas presentes durante el suceso, la citada señora intentó cruzar la avenida de Venezuela a la altura de la calle Mencey Acaymo, acompañada de su marido. No obstante, la fuerte acción del agua la arrastró hasta los bajos de un coche. La señora y su marido, que también fue empujado por el agua, pidieron auxilio.

En ese momento, varias personas trataron de socorrer al matrimonio, destacando la heroica y enérgica actuación de dos personas, padre e hijo, el último de los cuales, atado a una cuerda, se aproximó hasta el coche donde se encontraba la señora. Tras levantar el citado vehículo la señora es arrastrada hacia el siguiente coche. Dada la dificultad de acceso a la misma no se consigue salvarla pero sí al marido, el cual también se encontraba en situación complicada motivada por el intento de salvar a su mujer.

Estas dos personas, tanto padre como hijo, José Luis Gómez y José Alejandro Gómez, demostraron nobleza y valentía ante la adversidad, un comportamiento muy necesario en estos tiempos donde la ausencia de principios se extiende desde las más altas esferas hasta los más insospechados rincones.

Seguramente, la condición del padre como policía nacional tiene mucho que ver en el comportamiento de ambos.

Por todo lo expuesto, creo que ambas personas son merecedoras de una mención o distinción por el mérito de su noble y valiente acción en favor de la protección civil de los ciudadanos.

*Doctor ingeniero industrial y profesor de la Universidad de La Laguna

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