El número 1 y 2 del pasaje Segundo de Álvarez mostraba aún ayer los restos de todo lo que destrozó el agua.

La casa del número 2 prácticamente desapareció porque estaba por debajo del nivel y el agua entró y destrozó todo.

En el número uno ayer estaban limpiando el desastre. El agua subió más de un metro y pilló a las dos chicas que vivían allí de alquiler de imprevisto. "Reventó la puerta y entró", nos contaba una de las personas que estaba limpiando. "Tuvieron que salir nadando, por la parte alta de la casa", dijo.

Dentro de la casa, la marca del agua era de más de un metro. Una vivienda que estaba primorosamente cuidada y decorada que quedó anegada por el barro y el agua. "Las chicas que vivían aquí lo han perdido todo", se lamentaban en el barrio.

Los vecinos del pasaje todavía tenían ayer el susto en el cuerpo recordando la gravedad de los momentos vividos el domingo. Explicaban, incluso, que en un primer momento pensaban que las chicas estaban dentro de la casa, y que intentaron acudir a su rescate, para darse cuenta después, con alivio, de que habían salido de la casa.

Cuando la lluvia amainó, explicaron, todos se pusieron a achicar agua con baldes, porque la previsión meteorológica era que podía volver a llover por la tarde. Para evitar que la situación fuera a peor.

Como en otras zonas de la ciudad, echaron de menos la ayuda de algún servicio de emergencia o consistorial que les ayudara o les orientara sobre las medidas a tomar.