Comerciantes ubicados al principio de la avenida La Salle denunciaron ayer la falta de mantenimiento que se ejerce por parte del ayuntamiento en las infraestructuras de una parte de las aceras que les afecta. En este sentido, la falta de limpieza de cerca de 20 metros de imbornales para aguas pluviales es una de las preocupaciones que tienen en este momento, al ver cómo con el paso del tiempo nadie los ha limpiado.

Pero el problema radica sobre todo, en época de lluvias, ya que el agua invade las aceras y se meten en los negocios, tal y como sucedió en febrero del año pasado cuando en dos ocasiones en el mismo mes el agua desbordó las aceras e invadió algunos de los locales de cara al público que se encuentran entre la trasera de los juzgados de lo Social, ubicados en los bajos del edificio Filadelfia, y la rotonda de La Salle, en su intersección con la avenida de Buenos Aires.

Tomar la iniciativa

Esto supuso un auténtico quebradero de cabeza no ya sólo para los locales, sino para los vecinos que trataban de pasar de un lado a otro de la acera. Sólo la reacción de dos propietarios de los negocios impidió que el agua entrara en ellos, ya que tuvieron que levantar las rejas y limpiar los imbornales del ámbito de sus negocios para que el agua se evacuase.

Sobre ello denuncian que las canaletas se encuentra completamente tupidas por colillas, hierbajos y tierra de las jardineras de lado a lado, por lo que prevén que "vamos a tener un invierno calentito a poco que caiga algo de lluvia", dijo uno de los afectados que tuvo que abrir el enrejado el año pasado para que el agua no invadiera su negocio.

Los comerciantes afectados indicaron que no estaría de más que los servicios de responsabilidad municipal revisaran una vez al año el alcantarillado y los pluviales no ya sólo de esta zona de paso, sino de toda la ciudad porque con ello se evitaría problemas como los que nos tenemos que enfrentar todos los años en época de lluvia.

Reclamaron, además, que las jardineras que adornan el paseo se limpien también más a menudo, ya que los perros se han adueñado de estos espacios. Echan la culpa a los dueños de los animales, que dejan que hagan sus necesidades en el jardín, tenga flores o no.