Pocas veces se mira hacia arriba cuando se pasea por el centro de la ciudad, pero al hacerlo se puede uno encontrar más de una sorpresa. Es el caso del edificio Simón, un inmueble que hace esquina entre la calle de Candelaria y la plaza del mismo nombre. Ocupa el número 35 de la primera y el número cinco de la segunda. Entre Maya y la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife este inmueble de cuatro plantas está deshabitado, desocupado y en estado de abandono desde hace años.

Este edificio, que es propiedad de la CajaCanarias, goza de protección parcial. Además, es considerado como Bien de Interés Cultural (BIC) puesto que está dentro de la zona considerada conjunto histórico del antiguo de Santa Cruz, que tiene la consideración de BIC desde 2007.

El que además el edificio en sí goce de protección parcial quiere decir que aunque se considere que en su conjunto no goza de especial relevancia o singularidad arquitectónica, sí tiene elementos a proteger (tal vez la fachada).

El proyecto de esta construcción concebía el mismo como viviendas y locales comerciales y el edificio en sí fue finalizado en noviembre de 1931. Su arquitecto fue Antonio Pintor y su promotor Bernardino Simón Belagay.

El edificio de cuatro plantas tiene las esquinas curvas, la cubierta plana y los parapetos (barandillas) colocados entre plintos. Estos son rasgos típicos de la época Historicista, en la que fue construido el inmueble.

Sin embargo, hoy, algunos de esos rasgos han desaparecido picados por los bomberos para evitar un derrumbe o permanecen ocultos tras la red de protección que rodea sus balcones.

Con un rótulo de Arby Deportes en su parte baja, las plantas destinadas a viviendas muestran grandes ventanales, balcones de hierro forjado que se entrelazan formando rombos y en cada intersección forman una flor. Además, parece percibirse que su color original fue rojo o teja.

Al lado del edificio Simón en la calle Candelaria existe otro inmueble también en ruinas, más pequeño y menos hermoso, pero al que se le nota que tiene cierta antigüedad.

Simón es propiedad de la CajaCanarias, que explicó ayer que aunque es de su titularidad la entidad se encuentra inmersa en un proceso de negociación que impide que puedan llevar a cabo su rehabilitación. Apostillaron que no podían dar más detalles sobre la situación porque en el proceso estaban implicados clientes de la entidad y tenían que guardar la confidencialidad.

Sus vecinos de la Cámara, por su parte, manifestaron que les gustaría que el edificio se rehabilite "más que como Cámara como ciudadanos de Santa Cruz". "Cualquier cosa que embellezca una zona neurálgica como ésta es bienvenida", añadieron.

Ayudas institucionales

Por su parte, Zaira Rodríguez, del Norte de la isla, que se encontraba ayer en el entorno del inmueble, opinó que se debería arreglar este inmueble. Asimismo, apostilló que este arreglo debería estar cofinanciado por el ayuntamiento. "En el Norte dan ayudas", explicó.

Andrea Delgado, que reparte publicidad en la zona, detalló que en octubre o noviembre de 2010 fue necesaria la presencia de los bomberos por peligro de desprendimientos. De hecho, dijo que se cayeron trozos de una de las columnas y que fue necesario que picaran para evitar males mayores. "Pasó una señora muy cerquita y casi le cae encima", dijo. Como el resto, también opina que deberían reformar el inmueble.

Poco a poco, para garantizar la seguridad de los transeúntes, el edificio Simón va perdiendo parte de los elementos que lo caracterizan, mientras los que quedan se van deteriorando. La única medida de conservación que han empleado es una red para que no caigan trozos de esta ruina protegida.