Las hilanderas no son una especie extraña. La Palma es rica en vecinos capaces de crear con sus manos. En cada familia te aparece un músico, un pintor, algún escritor... un artesano. Debe ser un talento que se hereda de generación en generación y luego se perfecciona. Ahora bien, mantener un taller de seda con tanto arte, con un encanto que te traslada al siglo XVI, sí es único. Diferente.

El apoyo institucional para que el taller siga con vida ha sido permanente desde hace años. No es nuevo. En mayor o menor medida, pero siempre. Dejarlo desaparecer sería dar un portazo a una parte de la historia. Y no. Ahora, además, su utilidad se multiplica. O esa, al menos, es la intención. ''Isla Bonita Moda'' quiere abrirle puertas. Que lo bueno, sea conocido. Y es que allí se parte desde la cría del gusano hasta acabar en el telar, pasando por el secado de la seda, la preparación del hilo o el teñido. No es de este siglo.

El día 25 de marzo se presenta un documental: Entre telares. Se proyectará en la Casa de la Cultura Braulio Martini de El Paso. Será sobre las 20:30 horas. Narra desde el trabajo más primitivo, el principio de todo, de las hilanderas hasta la aplicación del producto a una colección comercial de la firma internacional Ágatha Ruiz de la Prada. Que ya de por sí tiene ''tela''.

¿Sirve para algo? Sí. Reconocimiento, visualización... El consejero responsable de esta historia es Jordi Pérez Camacho. "Pretendemos trasladar al público el esfuerzo y lo relevante de mantener, cuidar y desarrollar uno de los oficios más importantes de nuestra Isla", expresó ayer en un comunicado. No olvida que la propia Ágatha definió esta producción artesana "como una auténtica obra de arte". La frase, que es buena para vender tanto empeña, se le ''quedó'' y no es plan de dejarla escapar.

Sería bueno no olvidar, sobre todo en los tiempos que corren (frase ya hecha, es verdad), que este oficio era desempeñado sobre todo por hombres. Ahora se encuentra en manos exclusivamente de mujeres. La seda de la Isla viajó por Península y a Flandes, puerto que mantenía un tráfico comercial asiduo con el de Santa Cruz de La Palma. Pero ocurrió que la moda dio un giro notable en el siglo XVIII, en el que se apostó por algodón, relegando la seda a un plano más representativo. No es que todo esto (lo último) lo sepa el redactor. Ni de lejos. Viene en la propia página web de las hilanderas.

Y sí, para qué mentir, la nueva apuesta por la moda en La Palma le abre un camino, aunque es difícil saber dónde acaba la vereda. "Se está trabajando activamente en el desarrollo del sector textil y creativo, y tal y como hemos podido ver este año, el potencial existente en La Palma en esta materia es innegable", cree el consejero, que entiende que "tenemos que continuar trabajando en la diferenciación, la promoción y en la potenciación de nuestros creativos y artesanos, otorgándoles el lugar que de verdad se merecen".