El Consejo Consultivo ha emitido un dictamen favorable a la propuesta de la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias de dar por liquidados los dos contratos de ejecución de la segunda fase de las obras del Sistema Hidráulico de la Viña (construcción de la balsa de Vicario en Tijarafe) y actuaciones complementarias.

Este dictamen culmina un largo proceso abierto para resolver los contratos de este embalse, abriendo ahora la posibilidad de que las obras sean adjudicadas a otra entidad y puedan reanudarse. Sin embargo, la idea de la Consejería de Agricultura es que la empresa pública Tragsa asuma la actuación a través de una encomienda de gestión, en lugar de iniciar un nuevo procedimiento abierto, acelerando los plazos y garantizando la solvencia económica de la contrata.

En la resolución del Consultivo se recuerda que la obra fue adjudicada el 5 de mayo de 2010 por cerca de 10 millones de euros, con un plazo de ejecución de 27 meses. Es decir, antes de finalizar 2012 la balsa ya tenía que estar construida. Sin embargo, las fechas de realización de los trabajos se fueron alargando en el tiempo por diferentes motivos, hasta un último vencimiento fijado para el 31 de diciembre de 2017. Además, en noviembre de 2014 se firmó el contrato complementario por unos 3,7 millones.

Durante la ejecución de ambas obras, la principal y la complementaria, acontecieron una serie de vicisitudes de tipo mercantil en las empresas que conforman la UTE adjudicataria, hasta el punto de declararse en concurso de acreedores. Los trabajos se paralizan oficialmente en mayo de 2017. Además, se tiene constancia de la sustracción de materiales de la obra, por la falta de custodia por parte de la empresa contratista. Agricultura estima en 300.000 euros el coste de reparar los trabajos ya finalizados en la obra principal, y de otros 75.000 en la complementaria.

La UTE ha rechazado en diferentes oportunidades la resolución del contrato, presentando alegaciones. A ello se suma que curiosamente regresó a la obra en abril de 2018, a pesar de que se le había comunicado que el plazo de ejecución había finalizado y de la situación irregular de su contrato.

La administración mantuvo abierto y en su curso ordinario el expediente hasta que resolvió la vinculación con la Unión Temporal de Empresas, contando ahora con el indispensable dictamen del Consejo Consultivo que rechaza todas y cada una de las alegaciones.

La balsa de Vicario es importante sobre todo si existieran excedentes de agua, para tener capacidad de almacenamiento en épocas de lluvias intensas, lo que ahora (y desde hace ocho años) no se está produciendo. En realidad, la actuación clave en estos momentos del Sistema Hidráulico de la Viña no es tanto el embalse como el aumento de la capacidad de la conducción de agua entre La Laguna de Barlovento y Los Llanos de Aridane, que pasa por Vicario, lo que permitiría satisfacer con mayor facilidad las necesidades hídricas del Valle desde el Norte de la Isla, que en plena sequía son considerables.

Para que la balsa de Vicario sea realmente efectiva, sin restarle importancia a la que tendrá cuando se ponga en marcha, es clave la obra prevista en un futuro que consiste en un tomadero de agua en las Angustias, que permitiría llevar al embalse las aguas que discurren por el barranco.