Garafía se despertó ayer con lluvia y frío. Mucho frío. El colegio de Santo Domingo estaba cerrado y un centenar de personas de Medio Ambiente, la BRIF, Cruz Roja y la Policía Local deambulaban entre Llano Negro y San Antonio para extinguir (ahora se llama liquidar) el fuego. Sí, del incendio forestal del día anterior quedaban las cifras y el miedo que recorrió hasta la última calle del pueblo.

Lo primero: se vieron afectadas 136 hectáreas. Que no son quemadas. El fuego no es rasero ni uniforme. Siempre hay zonas que se libran, a las que sobrepasan las piñas encendidas que vuelan y van a quemar más lejos para abrir nuevos focos de angustia. El perímetro del incendio es de cuatro kilómetros. No hubo viviendas dañadas, aunque sí algunas granjas. Tampoco murieron animales. La noche anterior, en medio de la confusión, se dijo lo contrario. Se dieron por muertas, incluso lo hicieron sus propietarios, crías de cabras en el fondo de un barranco. Estaban dentro de un cercado, pasó el fuego y ya no se las escuchó balar. Al amanecer, toda la zona estaba quemaba... pero los chivos seguían vivos. Un hueco, una vía de escape, un correr para huir del calor, ¿quién sabe?

La pregunta después de un fuego siempre es semejante: qué lo provocó. El alcalde, Yeray Rodríguez, manifestó ayer a esta redacción que "ahora mismo se desconocen las causas". Cerca, la Guardia Civil llevaba desde primera hora, a las ocho de la mañana ya estaba allí, analizando qué pudo pasar, intentando localizar a las personas que dieron el primer aviso del incendio. Querían conocer qué fue lo primero que vieron. Y dónde.

Según diferentes fuentes, los agentes han sido capaces de despejar al menos la incógnita del primer foco, tienen el punto localizado, después de que se registrara en un breve espacio de tiempo otros secundarios que hicieron más complejo señalar el punto originario. Las llamas corrían y el viento las ayudaba. También han sido visionadas las imágenes de una cámara web ubicada en la zona, que precisamente estaba enfocada al lugar donde comenzó el fuego.

"A esta hora (sobre las 13.30 horas), la Guardia Civil sigue en el lugar donde se produjo el incendio, analizando cuál pudo ser la causa. Llevan aquí toda la mañana", apuntó el alcalde.

Por la tarde, más frío. Mientras, otro ganadero contaba que había encontrado las vacas que también escaparon del cercado. La sensación general era de alivio y de agradecimiento. De agradecer a los profesionales, a los primeros vecinos que se enfrentaron al fuego y a los bomberos que evitaron que la gasolinera se quemara. Y al cielo. O, mejor, a la lluvia.