Las obras de urbanización en la calle Santa Catalina, que discurre desde Pérez de Brito, a la altura de la farmacia de La Alameda, hasta la Avenida Marítima, en Santa Cruz de La Palma, llevan dos meses paradas después de que la empresa que ejecuta los trabajos se encontrara en el centro de la calzada con un cable eléctrico de media tensión, según la justificación trasladada a los residentes afectados, lo que impide continuar con la actuación sin la autorización o informe de Endesa.

Esta obra se enmarca dentro de la reforma de la zona comercial abierta de la capital, que incluye el entorno de la plaza de La Alameda y Pérez de Brito desde las Cuatro Esquinas hasta la propia plaza y las calles aledañas.

A propósito, señalar que en la sesión plenaria celebrada el pasado lunes, el Partido Popular preguntó precisamente por esta actuación y por el supuesto retraso que se estaba produciendo, con molestias a los residentes. Desde el Grupo de Gobierno (PSOE-CC) se aseguró que en las reuniones de seguimiento de estas obras los vecinos no habían mostrado ninguna queja. El propio alcalde, Sergio Matos, informó de que había realizado una visita a la zona y que los trabajos se estaban desarrollando dentro de los plazos programados sin contratiempos importantes.

Sin embargo, la realidad dista de esa sensación de sosiego que se expresó en el pleno. Una corta estancia en la calle permite obtener, sin necesidad de preguntar, las quejas de las personas que viven en la calle Santa Catalina. La mayoría, indignadas. "Cerraron la calle, la abrieron en canal y pararon las obras porque dicen que se encontraron con un cable de media tensión que llega hasta un edificio de la Avenida Marítima. Han pasado ya dos meses y nada", afirma una vecina de unos 60 años. Otro residente más joven no se cree lo que dicen desde la contrata: "lo del cable es una disculpa. Endesa no tarda tanto tiempo en aportar una solución. ¡Que no nos vendan más milongas!".

Una vecina desde el balcón de su piso se esfuerza por afirmar que lo peor "no es que se hayan ido con la calle abierta. Lo que no se puede aguantar es que hayan dejado las tapas de las alcantarillas como las han dejado, sin sellar y con una conducción rota en la que se pueden ver las aguas negras. El mal olor es por momentos horrible". Y tiene razón.

La sensación que tienen los afectados es que "la contrata o subcontrata que ejecuta los trabajos no tiene el personal ni la maquinaría suficiente para afrontar esta obra". Reconocen que "no somos especialistas en el sector de la Construcción", pero el sentido común "nos dice que no es normal que para ir a buscar mezcla el trabajador tenga que recorrer centenares de metros por no disponer de una amasadora más cerca".

Los afectados entienden que "lo que se tendría que hacer es tramo por tramo. De nada vale estar picando todas las calles hasta La Alameda y luego pase lo que está ocurriendo en Santa Catalina". Uno de los vecinos, supuestamente con mayor información, sostiene que "la empresa dice que Endesa les acaba de dar hace unos días el presupuesto para sacar el cable".