El área de Infraestructuras del Cabildo de La Palma, y más concretamente la sección de Carreteras, tiene sobre la mesa la nueva planificación de la calzada en la vía de la Cumbre durante unos cinco kilómetros: antes, durante y después de atravesar el túnel viejo, que está siendo objeto de una mejora integral.

Cuando se reabra el túnel, lo que está previsto para mediados de enero, lo primero que se encontrarán los miles de usuarios diarios de la vía es que antes de entrar al túnel la carretera pasará de tener dos carriles a tan solo uno. Recordar que se trata de un tramo en una dirección (Breña Alta-El Paso). La modificación en el trazado se mantendrá en el interior de esta infraestructura y también unos 700 metros después de abandonarla. En total, siempre de forma aproximada, serán 2 kilómetros con un solo carril.

Esta medida, que probablemente será objeto de cierta polémica sobre todo al principio, obedece a razones exclusivamente de seguridad. El año pasado hubo, según estadísticas oficiales, seis vuelcos de vehículos dentro del túnel viejo en adelantamientos. La calzada no llega a los siete metros de ancho y a ambos lados hay bordillos. Se teme que tras mejorar la visibilidad y las condiciones de la vía, el número de adelantamientos en este tramo se multiplique, al igual que la velocidad. Ante el riesgo de accidentes, la solución que está sobre la mesa es dejarlo en un carril.

Esta disposición permitiría también incorporar al túnel en un futuro cercano otras medidas de seguridad que hasta ahora eran impensables, como, por ejemplo, sistemas de ventilación, además de apartaderos en caso de accidentes.

Para facilitar los adelantamientos tras superar el tramo de vía con un carril, el Cabildo ha encargado un proyecto para crear un tercer carril bajando a la derecha entre la conocida como Curva de los Castañeros, que será mejorada, y el Centro de Visitantes de la Caldera de Taburiente, antes del radar fijo que Tráfico tiene instalado en la zona. Serán tres kilómetros.

La idea es comenzar con la ejecución de esta obra a lo largo de 2019. Hasta que no esté finalizado el proyecto se desconoce el coste de los trabajos, pero en este caso el presupuesto de la actuación no será el problema. Al menos, no el principal. El mayor hándicap que se presenta es la propiedad de los terrenos. Es un suelo sin demasiado valor, no está en explotación, pero sí está distribuido entre un número elevado de propietarios. Pequeñas parcelas de diferentes dueños. En caso de que no se llegue a un acuerdo con la totalidad de los afectados, el Cabildo deberá iniciar un procedimiento de expropiación que hará que el comienzo de los trabajos se retrase de forma considerable.