Los trabajos en la carretera del Sur se han reiniciado en el municipio de Villa de Mazo, una vez superado Puente Roto, sin que todavía se haya finalizado el otro extremo de la obra, más cercano a Tajuya. Fuencaliente queda en el medio, "encerrado".

Los más perjudicados son los establecimientos de restauración, aunque también se vea afectada la vida de cada vecino. Visitar uno de los lugares más representativos de Los Canarios permite captar la sensación que existe en al menos una parte del pueblo: "No entendemos nada. ¿No sería mejor acabar la carretera hasta Los Llanos de Aridane antes de comenzar a romper de nuevo por el otro lado? Por lógica, digo", se pregunta un residente. El dueño del negocio lo tiene claro: "Con las obras hemos perdido una gran cantidad de visitas desde el Valle de Aridane y ahora se meten en Mazo. La otra vez estuvo un semáforo funcionando durante más de un año". "Casi vamos a celebrar su cumpleaños", afirma con ironía y cierta resignación.

Esta redacción preguntó a un político local, conocedor del día a día en su municipio, si esa preocupación es extensiva en el pueblo. La respuesta deja al descubierto el sentimiento de ciudadanos, que ya están cansados de las obras: "Pues no sé si lo que existe es preocupación, resignación o malestar general, pero es lo que oyes por todos lados", apuntando que "entre Los Canarios y Tajuya hay cortes en tres tramos de la vía, aunque se supone que las obras que afectan a uno de ellos acabarán pronto".

A la salida del supermercado situado a un lado de la carretera general en Los Canarios, una mujer de unos 50 años, quizás 55, asegura: "Una se acostumbra hasta a lo peor. Acabas pensando que esto no va a acabar nunca". También hay algunos que no tienen clara la realidad de la obra: "¿Pero ya comenzaron otra vez por Mazo? ¡Venga ya!", exclama un joven.

Es miércoles y llueve. A la altura de Montes de Luna, un obrero se refugia. Hay neblina. Algo de frío. Todavía hay poco movimiento, pero ya se producen las primeras colas. Cortes para que pueda trabajar la maquinaria pesada: una pala, un camión... Los coches, también alguna guagua, esperan para poder continuar circulando.

El redactor aparta su vehículo a un lado de la carretera para tomar una fotografía de la cola. Otro conductor aprovecha para detenerse y, tras bajar la ventana dar su opinión: "...y luego el Cabildo nos manda de noche por esta vía. ¡Oye!, ¿y qué pensarán los turistas que van al hotel"?