La zona del juzgado en Santa Cruz de La Palma tiene tan solo una red donde se mezclan las aguas pluviales y residuales, que está a su vez conectada a un colector principal ubicado en la Avenida Marítima, conductos que curiosamente se encuentran prácticamente en la misma cota impidiendo con ello un desagüe por gravedad. Esta situación provoca que se produzcan inundaciones cada vez que llueve con cierta intensidad, según han informado a esta redacción técnicos que trabajan en el área afectada.

Las incidencias registradas han dejado al descubierto además un hecho al menos preocupante: las obras de la zona comercial abierta se han ejecutado sin ninguna o escasa planificación en lo que se refiere a las conexiones subterráneas.

El ejemplo más claro ocurre en Garachico. Cuando se ejecutaron las obras en esta calle, donde al final va a parar un notable volumen de las aguas de Díaz Pimienta, José López y El Lomo, se instalaron redes que separan las pluviales de las residuales, justo hasta la altura de la tienda de deportes ubicada en la zona donde se encuentra un pozo. Sin embargo, a partir de este lugar, en la continuación de los trabajos, no se optó por el mismo criterio y se decidió mezclar ambas aguas en un único tubo que ya estaba instalado hasta el siguiente pozo; es decir, que ni tan siquiera es nuevo.

Una situación similar ocurre en la calle Anselmo Pérez Brito, con lo que a la altura de la Placeta "se produce una confluencia de aguas a una velocidad muy grande, lo que provoca que se desborden las alcantarillas al no tener salida", señalan los técnicos consultados por esta redacción. Pero es que además, el propio ayuntamiento llevó a cabo una obra para la salida de pluviales en la zona de los juzgados, que tampoco está conectada a la red de Garachico y que además se estudia si tiene problemas de pendiente.

Sin embargo, el principal problema que se produce en esta zona, donde la empresa Canaragua utilizaba ayer todos los medios a su alcance para encontrar una respuesta exacta a lo ocurrido, es que "el área afectada con el desborde de agua residual" y el conducto subterráneo en el que vierten las alcantarillas (colector), que discurre hasta la estación de bombeo ubicada en el puerto, "se encuentran a la misma cota", lo que impide que el desagüe por gravedad.

También influye la poca concienciación que existe sobre los efectos que produce aquello que se tira por el fregadero y el inodoro, sobre todo cuando se observa la cantidad de toallitas que salieron al exterior en la inundación del pasado domingo.

¿Existe solución? "Sí. Técnicamente, es posible", sostienen. Antes de analizar sistemas de bombeo para evitar la acumulación de agua, que sería una alternativa mucho más compleja y costosa, "habría que estudiar la posibilidad de construir un nuevo colector". Calcular, al fin y al cabo, "la cota para hacer un conducto que salga desde las Cuatro Esquinas, discurra por Anselmo Pérez de Brito y la Calle Tedote hasta el cruce entre la Avenida Marítima y El Puente (antiguo Bar Canarias), y de ahí que vaya directamente a la estación de bombeo".

La red a partir de la zona de los Balcones, en la Avenida Marítima, se podría ejecutar aprovechando las obras anunciadas en esta vía principal de la ciudad, en las que se va a levantar el acerado.