Los datos económicos del IAC sobre astrofísica, ofrecidos esta misma semana en un estudio de la Universidad de La Laguna, no concuerdan en la Villa de Garafía. El 3,3% del PIB de La Palma, el 2,3% del empleo asalariado a tiempo completo, más del triple de beneficio por cada euro invertido... y, sin embargo, el municipio norteño de la Isla es oficialmente el más pobre de Canarias, con una renta bruta media declarada en el IRPF de 2016 de 13.603 euros. Algo no se ha hecho bien.

Un simple recorrido por el casco de Santo Domingo, también por los diferentes barrios, deja al descubierto que las ventajas tecnológicas a las que tienen acceso los lugareños por facilitar en su suelo la instalación de los aparatos de observación más avanzados del mundo son nulos. Ni tan siquiera hay un edificio público sobre astronomía, tampoco un observatorio al menos menor con acceso abierto al que puedan asistir visitantes y vecinos. Tampoco aportaciones económicas o materiales a la comunidad local. En otros lugares del mundo se ha aprovechado mejor el arrendamiento (aquí todo es cedido) del espacio.

"La licencia del Cherenkov han sido más de 200.000 euros, creo que la más elevada pagada en el Roque de los Muchachos". El exalcalde, Martín Taño, defiende también "los trabajos directos e indirectos" que ha creado el observatorio. ¿Se nota en el día a día del pueblo?, "Bueno, eso no", admite. Miguel, un ciudadano de a pie, de los que desarrollan su vida en uno de los barrios garafianos, lo tiene claro: "Yo no veo ninguna mejora en la vida diaria de los vecinos".

Garafía, para ser exactos, ha regalado el terreno y la mayoría de telescopios que están en la cima no han pagado prácticamente nada. Ni tan siquiera la licencia municipal. En Hawái, por ejemplo, se le exige al TMT un millón de euros cada año, el pago de un alquiler por el terreno, minimizar el impacto visual, respeto a los restos arqueológicos... Están dispuestos a aceptarlo. Y agradecidos si los dejan estar en Mauna Kea. Aquí, en la Villa, la racanería es poco discutible.

Otro vecino garafiano, que prefiere no dar su nombre ("no es muy común y no me apetece que me reconozcan"), apunta que "aquí baja una parte del turismo que sube al Roque, aunque quién sabe si suben por los telescopios, que solo pueden ver desde fuera, o para ver la Caldera de Taburiente". Cree que la discusión sobre la rentabilidad del observatorio está "mitad y mitad. Algo aporta, pero tampoco hay que engañarse: se podrían aprovechar mucho más si por los menos pusieran aquí en el pueblo algunos recursos de los que ellos tienen".

Miguel concreta el comentario de su paisano: "falta alguna acción directa como fibra óptica o ADSL de alta velocidad, que los residentes en el municipio lo podamos notar".

Más contundente es Argelio Hernández, veterano político que comenzó la legislatura siendo primer teniente de alcalde y que ahora está en la oposición. "Si analizamos la historia desde que en los años 70 se cedió los terrenos, Garafía no ha recibido prácticamente nada. Es más, ni siquiera la licencia de los telescopios anteriores al Cherenkov. El Grantecan, por ejemplo, se negó a pagar la licencia y recurrieron vía judicial a la Audiencia Provincial. No se olvide que Garafía cedió en su momento más de un millón de metros cuadrados a la antigua mancomunidad de cabildos, que luego se lo entregó al IAC, sin recibir el municipio nada a cambio. También se le cedió a Cabildo más de 50.000 metros cuadrados para construir el centro de visitantes, que veremos si aporta ingresos al ayuntamiento".

Argelio lo resume de forma sencilla: "Si se pone en una balanza lo que Garafía ha dado y lo que como compensación ha recibido, es resultado es bastante lamentable".

Lo cierto es que ahora, tras 40 años, es cuando se habla de acciones de compensación a Garafía. De museo en el casco, control de accesos, ayudas... El propio Martín Taño espera que en un futuro muy cercano la compensación sea "mucho mayor", pues el ayuntamiento "debe participar en la gestión del centro de visitantes" y se mantiene firme en la defensa de un control por del ayuntamiento de los accesos al Roque.

El Observatorio ha mirado para abajo, para el pueblo. Tras cuatro décadas, el IAC colaborará, eso ha dicho, con el Cabildo en la creación de un museo sobre la historia de la astrofísica en Santo Domingo. Por ahora, todo está saliendo de fondos públicos.... Pero todos (o casi) están conformes.