Garafía tiene caminos reales desbordantes que sobreviven entre acantilados. Allí se atrincheran caseríos, en medio de una belleza majestuosa. José Rocha era el cartero. A pie. Iba a Gallegos para depositar la correspondencia que llegaba desde Franceses y El Tablado, con tiempo para regresar con todo lo que recogía. Sí, eran otros tiempos. Diferentes. Y allí estaba aquel hombre.

Rocha tenía una personalidad peculiar. Era un "personaje". Era querido, hasta el punto que el maestro y los alumnos del colegio de Franceses lo nombraron allá por el año 1975 como el abuelo de Franceses.

La gente a veces no olvida. Parece que sí, pero casi siempre es no. El recuerdo de la gente buena permanece. Es lo que ocurre con este humilde cartero, en cuya memoria se celebrará los días 21, 26, 27 y 28 de octubre la cuarta edición del Encuentro de Franceseros y descendientes, una iniciativa iniciada por un "loco". Hay locuras que solo pueden nacer de personas ingeniosas, ocurrentes, que parecen ver la vida un escalón por encima del resto. Eso ocurre con Mauro Castro, investigador y fotógrafo.

Dicen que el cáncer le cambió el enfoque de lo que era importante. Aseguran que ahora ama más la vida, que lo unió más a su tierra. Quizás sea verdad todo lo que se habla de él. La realidad es que se empeñó en dar oxígeno a lo que estaba moribundo. Y le ha salido que ni soñado. Es cierto que apenas son unos días, que después del 28 de octubre llegará el 29 y el 30, pero Franceses lo agradece. Eternamente. Allí la mayoría de los vecinos que quedan son mayores. Sin eufemismos: ancianos. El resto se fueron marchando en busca de otro futuro. El encuentro los une. Vienen desde diferentes lugares (Londres, Venezuela, Madrid, Tenerife...) y comparten algo que es suyo: el barrio.

Este año el encuentro se centra en las comunicaciones. Irán políticos, algún periodista... El programa de actos se iniciará con una actividad solidaria. Una carrera vertical desde La Fajana a El Tablado: el Ardén Verde. El camino del "cartero", con el barranco de Los Hombres, los acantilados, la punta de Las Gaviotas a lo lejos, La Fajana al fondo, el caserío de El Tablado... un lujo para cien deportistas o caminantes. El objetivo apenas es uno: ayudar.

A lo largo de los días en los que Franceses vivirá de abrazos, los actos se multiplicarán. El viernes 27 de octubre se abre la exposición pictórica "Así te recuerdo". El sábado será el día grande. Con el recibimiento a 15 invitados a estas jornadas, misa, almuerzo de hermandad, música o baile. Sabe (usted que lee), en el fondo los eventos no son lo importante. Son para entretener. La clave es lo que se respira. Lo que no se toca. Llámelo sentimientos. Quizás por eso el último día se recordará a Abilio Reyes Medina. El alcalde de "siempre" de Garafía, al que un cáncer lo acabó derrotando. Y luchó. Sí, lo hizo.

Mientras Mauro Castro pueda, Franceses no muere.