El proyecto insular de eficiencia energética, que intentaba desarrollar el Cabildo de La Palma en convenio con los ayuntamientos, ha fracasado, según quedó al descubierto en sesión plenaria, a pesar de las reticencias del área insular de Nuevas Tecnologías a la hora de valorarlo.

El portavoz del Partido Popular, Carlos Cabrera, aprovechó el apartado de ruegos y preguntas para cuestionar al grupo de gobierno (PSOE-CC) por el desarrollo de este proyecto, que contemplaba la cesión del alumbrado público municipal a la institución insular para su gestión a través de una empresa privada, una intención a la que diferentes ayuntamientos se negaron desde el principio al entender que no era un acuerdo rentable para su economía.

Pese a las negativas que llegaban desde los pueblos, el responsable insular del área, Jorge González, llegó a afirmar que se pondría en marcha con aquellos municipios, con independencia del número, que estuvieran dispuestos a participar, sacando incluso "músculo" con un acto de firma de convenio que en realidad nunca se llegó a desarrollar.

Del debate y las intervenciones en el pleno tanto de Jorge González como del propio presidente, Anselmo Pestana, se desprende que ahora cada ayuntamiento está accediendo "a financiación europea y del Gobierno de Canarias" para la mejora de las luminarias en sus pueblos, mientras que el Cabildo también está llevando a cabo acciones en sus dependencias. Es decir, cada administración busca fondos por separado y en el marco de sus posibilidades. Además, se está a la espera de que se plasme una enmienda de Nueva Canarias aprobada en los Presupuestos Generales del Estado para eficiencia energética. De proyecto global ya no queda nada. O casi.

Carlos Cabrera recordó que había 30 millones de euros para el desarrollo del proyecto global en La Palma, "y la nueva financiación debía ser adicional y no sustitutiva", a lo que Jorge González señaló que se trataba (los 30 millones) de un préstamo. Y no le faltaba razón, un préstamo del banco europeo a un interés tan reducido que cuando fue concedido se calificó de éxito. Ayer, con el proyecto moribundo, se le restó todo su valor.

El consejero socialista no tuvo más remedio que dejar entrever que este programa no había salido adelante como tenía pensado por las reticencias de los ayuntamientos.