La carretera de El Banco, en la costa de Fuencaliente, sirve de acceso "a más de 30 ó 40 fanegadas". En uno de los tramos de la vía caen rocas de grandes dimensiones, tal y como EL DÍA informó en su edición de ayer, y los agricultores, también los numerosos turistas que visitan la zona, se exponen cada día a recibir un impacto que puede ser letal: "No nos ha caído una piedra encima de puro milagro", afirma uno de los afectados. "Es una lotería", dice otro de los cosecheros.

Están preocupados "y un poco hartos". Razones les sobran. "Ha habido momentos en los que pasan varios vehículos, luego producirse un desprendimiento y esperar a que venga una pala para poder salir". "El tramo donde caen las rocas tampoco es muy largo, pero da hasta un poco de miedo pasar", sentencian.

El ayuntamiento admite no tener recursos para afrontar las obras que permitan evitar los desprendimientos, por lo que ha solicitado auxilio al Cabildo de La Palma. Sin embargo, uno de los lugareños advierte de que "el ayuntamiento intenta lavarse las manos. En diciembre puso una señal prohibiendo el paso de vehículos, pero así no son las cosas. Hay que pasar a las fincas diariamente y son más de 50 ó 60 personas las que pasan cuando toca, entre los dueños de las explotaciones, los que van a recoger la fruta...". "Qué pretenden, qué no se pase y se abandonen las fincas. ¿Esa es la solución que dan?", se preguntan.

Los afectados consultados sostienen que "en un mismo día ha habido dos desprendimientos y a los dos o tres días siguientes, otro. Han caído rocas dentro de las fincas. Un día cayó una enorme que estuvieron más de quince días para sacarla. Han roto varias veces tuberías y contadores. Cuando pase algo grave veremos qué ocurrirá entonces".