La plataforma de "software" Airbnb dedicada a la oferta de alojamientos principalmente de particulares, aunque también incluye a pequeñas empresas, se ha extendido en poco tiempo por el territorio insular y ya vende en internet más de 300 viviendas enteras o habitaciones que alquila en todos los municipios a precios adaptados a las posibilidades económicas de cualquier viajero.

Atrás quedan aquellos tiempos en los que la oferta alojativa estaba exclusivamente centrada en instalaciones hoteleras y extrahoteleras, además de casas de turismo rural. Ahora se han unido con fuerza al mercado segundas viviendas o simplemente habitaciones, que suman un millar de camas.

Con esta formula, las familias han encontrado una manera de sacar beneficio a su segunda residencia o incluso al dormitorio que quedaba libre en su vivienda habitual, compartiendo con el cliente las zonas comunes, como el baño, la cocina y el comedor, lo que en La Palma se está asentando aprovechando el reducido número de camas turísticas que tiene el territorio insular y el aumento de visitantes, compitiendo además con precios más asequibles especialmente cuando se trata de grupos.

Una vivienda entera en el casco histórico de Santa Cruz de La Palma, para cuatro huéspedes en dos habitaciones por 36 euros; dormitorios para una pareja en la misma capital por 30 euros, apartamentos en núcleos costeros como Puerto de Naos, Los Cancajos o El Remo, casas en municipios más rurales, cabañas incluso en Tijarafe... la oferta es tan amplia y variada que puede llegar a sorprender, a lo que se une, en muchos casos, flexibilidad en los horarios de llegada al alojamiento.

Sobre el nivel de ocupación, destacar que ocurre lo mismo que la oferta más tradicional: depende de las semanas a reservar. En diciembre, también en enero, hay períodos en los que entre el 85 y el 90% de los establecimientos que trabajan con esta plataforma están ocupados. También depende de las fiestas en cada momento y de los municipios. Para la fecha de los indianos, el 12 de febrero, en Santa Cruz de La Palma está ocupado sobre el 97% de camas, lo mismo que ocurre con las viviendas que se ofertan en Los Llanos de Aridane el 12 de mayo por la Transvulcania.

Airbnb cobra a cada anfitrión lo que se denomina una tarifa de servicio, que normalmente es un 3%, aunque puede alcanzar el 5% según la política de cancelación que haya elegido. Se calcula a partir del subtotal bruto de la reserva (antes de aplicar los impuestos) y se resta automáticamente del pago al dueño del alojamiento.

La plataforma de software Airbnb, acrónimo de airbed and breakfast (colchón inflable y desayuno) y que nació en 2008 bajo el paraguas de la crisis económica, cuenta además con una ventaja añadida y son las opiniones que sobre los alojamientos dejan aquellas personas que están acostumbradas a viajar con estos alquileres. "Las opiniones en Internet son cada vez más consultadas por los que nos gusta viajar, lo que se produce tanto en buscadores de hoteles tradicionales, como Booking, como sobre todo en las nuevas plataformas, donde encuentras una información más directa porque no solo puede leer cómo es la instalación donde vas a dormir sino también cómo es la personalidad del anfitrión, con el que tendrás un contacto directo y tratarás si tienes cualquier duda. Además, las fotos del alojamiento suelen ser menos engañosas. En un hotel, por ejemplo, no sabes nunca cuando reservas qué recepcionista te puede tocar", comenta un viajero que ha recorrido media España a través de Airbnb. La información en esta plataforma también fluye en el sentido contrario; es decir, entre los dueños de las viviendas, ya que comentan cómo son las personas que han alojado, desde su comportamiento a la educación que demuestran, si hacen o no ruidos y si respetan las normas de cada alojamiento, datos claves sobre todo para aquellas familias que alquilan un dormitorio en su vivienda habitual y que rechazan sin dudarlo a los que entienden que pueden dar algún tipo de problemas.