La grave situación de urgencia económica que atraviesa la Reserva de la Biosfera de La Palma, tal y como esta redacción adelantó en su edición del pasado lunes, está afectando tanto a sus trabajadores como a los proveedores y amenaza con paralizar los proyectos que están en marcha.

La decisión del área de Intervención del Cabildo de La Palma de reparar los ingresos que se destinan a la Reserva, a la que no reconoce como legal su constitución como fundación, está provocando el ahogo económico de esta entidad hasta el punto de que sus trabajadores no han cobrado aún el sueldo del mes de mayo cuando prácticamente ya deberían de tener en sus cuentas bancarias las transferencias de la nómina de junio.

La Reserva de la Biosfera también ha tenido que frenar el pago a sus proveedores, con la acumulación de facturas a la espera de que se resuelvan los ingresos comprometidos por la institución insular.

De igual forma, están en juego una treintena de proyectos que en estos momentos se encuentran en marcha y que son fundamentales para la defensa del territorio insular. Se estima que a lo largo de la próxima semana se paralizará un importante número de estos programas por la imposibilidad de afrontar los costes.

La plantilla de la Reserva de la Biosfera está compuesta por apenas diez trabajadores; en concreto, un gerente, una secretaria y ocho técnicos, que perciben un sueldo muy inferior al que reciben los contratados para el mismo cometido por el Cabildo de La Palma. Su convenio es peor, pero con las mismas necesidades a la hora de afrontar pagos.

El personal ha mantenido un mutismo absoluto sobre la situación en la que se encuentra e incluso está desarrollando su labor con la misma dedicación. El ejemplo más claro está en que ayer mismo tuvieron lugar unas jornadas sobre custodia del territorio y ecoturismo en la Macaronesia, organizadas por esta entidad, a pesar de que se teme que esta situación se pueda prolongar en el tiempo en caso de que no exista una decisión política que la resuelva.