Los últimos quince meses en política de los socialistas Anselmo Pestana y Gaspar Zarrías demuestran las vueltas, los cambios inesperados, que experimenta la vida en muy poco tiempo.

Mientras el político palmero disfruta de su triunfo en las elecciones del 24 de mayo, ocupando de nuevo la Presidencia del Cabildo de La Palma, el que fuera número dos de Manuel Chaves en la Junta de Andalucía ha sido protagonista esta misma semana de las portadas de los principales medios nacionales por su renuncia a su escaño, lo mismo que hizo el que fuera su "jefe", en el Congreso de los Diputados por el caso de los ERE fraudulentos.

El exconsejero andaluz de Presidencia vive uno de sus peores momentos, seguramente el peor, en su carrera política, al contrario que Anselmo Pestana, aunque no se rinde y ha manifestado que el instructor del caso de los ERE en el Tribunal Supremo ha dictado una resolución "oportunista" y que supone "un hito en la historia judicial española".

Pero no siempre su vida fue así. Basta con tirar de memoria, también vale de hemeroteca, para recordar que hace apenas 15 meses, Zarrías se presentó en La Palma como el flamante secretario federal de Política Municipal del PSOE. Vino acompañado a la Isla por Manuel Marcos Pérez y Julio Cruz, con la misión, eso dijo, de mediar en el conflicto abierto en el PSOE en La Palma. Pestana y su grupo decidió "plantarlo", en una demostración evidente de poder sobre las bases de su formación en la Isla, lo que hizo que el ahora imputado "condenara" al presidente del Cabildo: "Pestana ha preferido quedar al margen de la disciplina del partido; se ha rendido al Partido Popular". Nada fue verdad.