Con la llegada del año 2000, cuando la astronomía europea comenzó a pensar en construir una nueva generación de telescopios gigantes, La Palma era la primera opción de ubicación por sus condiciones atmosféricas. El Roque de Los Muchachos fue señalado por los países implicados como el sitio ideal para colocar un monstruo que se llamaría Euro50, del que luego surgió el supertelescopio E-ELT, que sin embargo se quiere instalar en Armazones (Chile).

El telescopio óptico e infrarrojo de 50 metros fue la primera de las propuestas europeas, liderada por la Universidad de Lund (Suecia), más grande incluso que el posterior E-ELT de 42 metros, junto con otra iniciativa similar encabezada por la Organización Europea para la investigación astrofísica en el Hemisferio Austral (ESO) llamado Telescopio Abrumadoramente Grande (Overwhelmingly Large Telescope, OWL), que pretendía llegar a los 100 metros.

Del Euro50 se empezó a hablar en 1996, con los primeros pasos hacia el proyecto, y se diseñó mediante un acuerdo de colaboración entre los observatorios y universidades de Finlandia, Irlanda, Suecia, Reino Unido y España, mediante el Instituto Astrofísica de Canarias (IAC). Era un megatelescopio con un espejo primario segmentado y un espejo secundario monolítico, con doble óptica adaptativa que permitiría un potencial científico inmenso, capaz de revolucionar la astronomía.

Finalmente, el proyecto se recondujo. Tras varios debates científicos a finales de 2006, se decidió que Europa seguirá adelante con el diseño y la construcción de un telescopio extremadamente grande, pero sería de la clase 42 metros y se llamaría el Telescopio Europeo Extremadamente Grande (European Extremely Large Telescope, E-ELT), liderado por la ESO. El diseño final se basó en los resultados de los estudios del Euro50 y del OWL.

Los científicos europeos dieron por sentada la calidad del Roque de Los Muchachos para albergar un megaproyecto que utilizaría miles de espejos primarios modulares sintonizados en forma continua por una óptica adaptativa totalmente integrada. Todo un reto tecnológico.

La pregunta es: ¿Por qué el Observatorio del Roque no es merecedor ahora, desde el punto de vista científico, del E-ELT, un telescopio de menor tamaño que el que preveían inicialmente? Lo cierto es que a día de hoy, los propios científicos que defienden la candidatura palmera no lo saben. El informe técnico de ESO no se ha hecho público y existen serias dudas de que la candidatura de Armazones (Chile) destaque tan claramente como se ha comunicado. Se habla de la "nebulosa" creada en este organismo europeo sobre la elección del lugar que albergará el supertelescopio.

En el IAC, que ha participado en las campañas de ESO para la elaboración de estudios sobre la instalación del E-ELT, existen datos fiables y públicos que dicen que la candidatura palmera es mejor que la chilena. Armazones tiene algunas noches más de observación que La Palma, pero importa más la calidad que la cantidad. Los técnicos coinciden en que el supertelescopio necesita de una atmósfera especialmente estable, como la del Roque, porque es extremadamente grande y utiliza la óptica adaptativa ,que precisa este tipo de cielos. En eso es mejor La Palma que Armazones.