El edificio del refugio para montañeros Edmundo Herrero está sentenciado por el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional del Teide desde su aprobación en 2002. Hace casi 17 años que la normativa del parque prevé la demolición del inmueble, ubicado junto al Llano Ucanca, por su impacto paisajístico y ecológico. La edificación guarda otro secreto poco saludable: la presencia de amianto, un material potencialmente cancerígeno que se esconde en los 193 metros cuadrados de su cubierta de fibrocemento, y en algunos vertidos incontrolados del mismo material en las cercanías del refugio, que ocupan una superficie de unos 15 metros cuadrados en una zona de uso restringido.

El Cabildo de Tenerife reserva en su presupuesto de 2019 una partida de 174.000 euros para ejecutar el llamado proyecto de demolición de la antigua caseta de obras públicas y del refugio de montañeros, así como la restauración del área afectada, de unos 1.400 metros cuadrados.

Este proyecto, de septiembre de 2017, pasó el periodo de exposición pública en abril de 2018 y en la actualidad sólo está pendiente de que el Gobierno de Canarias dé el visto bueno al convenio para reubicar la actividad del Grupo Montañero de Tenerife.

La intención del Cabildo de Tenerife es trasladar este albergue a alguna edificación del Parque Nacional del Teide existente en la zona de El Portillo.

El Club Deportivo Grupo Montañero de Tenerife, una entidad sin ánimo de lucro, gestiona este refugio desde el año 1965. La instalación dispone de un cuarto para mochilas; una sala de estar con cocina que también se usa como comedor; aseos masculinos y femeninos; un dormitorio con literas, y un almacén de material.

El proyecto técnico se centra en la demolición de la antigua edificación que antes se usó como caseta de obras para los peones camineros que intervinieron en la construcción de la carretera TF-21, en los años 40 del siglo XX.

Los redactores del proyecto advierten de que la retirada del fibrocemento requerirá un plan específico de trabajo que garantice la seguridad y la salud de los trabajadores. Recalcan que "además del desmontaje de las planchas de fibrocemento de la cubierta, en las proximidades de la edificación existen residuos incontrolados de fibrocemento, que también deben ser retirados antes del comienzo de los trabajos de restauración de su entorno".

El albergue es una edificación de planta rectangular de unos 158 metros cuadrados construidos, que se levanta sobre una explanada de tierra. El acceso a la edificación desde la carretera se realiza a través de una pequeña rampa asfaltada de unos 10 metros.

Se abastece de agua a partir de dos depósitos alojados sobre una estructura hormigonada, a los que llega una tubería de acero galvanizado de unos 210 metros de longitud proveniente de la galería del barranco del Riachuelo. Cuenta además con un pozo negro, del que los técnicos sospechan que no es más que "un agujero excavado en el suelo" para la filtración de las aguas residuales.

Una vez demolido el inmueble, ubicado en el kilómetro 47,5 de la carretera TF-21, se prevé la recuperación del paisaje mediante acciones como el relleno del terreno socavado, movimientos de tierras y piedras para tratar de recomponer el entorno natural y acciones de repoblación con especies como retama, alhelí, codeso de cumbre y algunos ejemplares de tajinaste rojo.