Ana Belén Alonso vio cómo las olas destrozaban, en una aciaga noche entre los días 17 y 18 de noviembre de 2018, el negocio en el que había invertido ahorros y desvelos. La enoteca Sol Garachico desapareció por completo después de que la Villa y Puerto sufriera el peor mar de leva de las últimas décadas. Tras el impacto inicial, esta emprendedora icodense sufrió un segundo golpe: el Consorcio de Compensación de Seguros le anunció a finales de enero que, por un error ajeno, no podía cobrar ninguna indemnización por unos daños que ella había valorado en casi 53.000 euros. El pasado 31 de enero, EL DÍA contó su historia y, en apenas unas horas, su suerte empezó a cambiar. Hace unos días, el Consorcio de Seguros ha acabado definitivamente con su incertidumbre y le han ingresado 24.220 euros en concepto de indemnización por los daños sufridos. Es el final feliz de una pesadilla que ha durado casi tres meses.

Después de que el Consorcio de Compensación de Seguros peritara los daños en su negocio, le notificó por sorpresa que no recibiría ninguna indemnización porque su nueva póliza de seguro, contratada dos días antes del mar de leva, estaba afectada por el periodo de carencia de 7 días contemplado en la legislación de riesgos extraordinarios, por lo que no ofrecía ninguna cobertura a su negocio. Su seguro anterior, contratado en La Caixa, se había cancelado por error el día 1 de noviembre de 2018. Creía tener dos pólizas en vigor, pero le dijeron que ninguna de las dos cubriría sus daños.

Cuando estaba metida en ese callejón sin salida, sin más opción que endeudarse para pagar a los proveedores de la mercancía en depósito y a la propietaria del local, la intervención de La Caixa, SegurCaixa Adeslas y el Consorcio ha sacado a esta empresaria de un grave atolladero económico.

"Por fin voy a poder cerrar este capítulo y empezar otra vez", explicaba ayer a EL DÍA. "Desde que me ingresaron la indemnización no he parado de hacer transferencias y visitas para pagar a los proveedores que me habían dejado en depósito la mercancía que se llevó el mar", añadió.

Pese a que la situación ha sido por momentos traumática, Alonso no se rinde: "Cuando pague todo, veré si me queda algo para volver a montar la enoteca Sol Garachico, aquí o en Icod de los Vinos. Estoy buscando un local, aunque sea pequeñito, para poder empezar de nuevo".

Esta empresaria, que perdió todo de un día para otro, se muestra muy agradecida con la gente de Garachico y con sus proveedores: "He sentido un gran apoyo desde el primer momento y por eso me gustaría volver a abrir mi negocio aquí. El ayuntamiento nos mandó a trabajadores para limpiar los destrozos al día siguiente del temporal, se organizó el Café Compañero y todo el pueblo, y otras empresas, se sumaron para ayudarnos. No sé si eso hubiera sido posible en otras localidades. La gente de Garachico es especial. Mis proveedores también han sido muy comprensivos con la situación y me han ayudado, incluso recogiendo la poca mercancía que pude salvar".

Para Ana Belén Alonso, ha vuelto a salir el sol en Garachico.