Lorenzo Dorta (Buenavista del Norte, 7 de abril de 1939) espera celebrar en 2019 sus 80 años de edad, el 50 aniversario de su llegada a la Alcaldía de Garachico y 20 años al frente del Consorcio de la Isla Baja, "ahora ya con la condición de seguir en el cargo sin cobrar ni un duro". Será un año especial en el que hará balance de casi toda una vida dedicada al servicio público, desde que en 1969, recién iniciada su trayectoria como maestro, lo mandaron a buscar para nombrarlo alcalde de su pueblo de adopción, "un cargo que en aquel momento era obligatorio y gratuito". Medio siglo después, Lorenzo Dorta nada contracorriente y, en tiempos de desprestigio de la política, asegura que él no tiene motivos para esconderse: "Me siento orgulloso de haber sido político. En mi vida he recibido numerosas condecoraciones y reconocimientos, pero la medalla más valiosa que tengo y mi mayor orgullo es que digan que fui un tipo honesto".

Dorta es presidente del Consorcio de la Isla Baja desde hace dos décadas y, cuando ya había decidido que se retiraba, centrado en pelear contra una grave enfermedad, desde el Cabildo de Tenerife y los ayuntamientos de Buenavista, Los Silos, El Tanque y Garachico, apostaron por su continuidad al frente del ente comarcal. Pese a militar en CC, los alcaldes del PSOE, que son mayoría en la comarca, valoraron y valoran su talante y su gestión. "Creo que en política no se puede ser sectario; eso no funciona nunca", subraya para dar una pista de por qué le apoyan propios y extraños.

Un cáncer, un mieloma múltiple que le afectó a los huesos, le ha mantenido ocupado y preocupado en los últimos años, en los que también le vino bien "seguir ocupado con el consorcio". Hace dos meses, tras un análisis, le han dicho que "el cáncer ya está superado", celebra este Hijo Ilustre de Tenerife.

Dorta lleva jubilado siete años, pero cada lunes y martes se desplaza con su coche a Santa Cruz de Tenerife para seguir con las labores como presidente del Consorcio de la Isla Baja. El resto de la semana, su oficina está en Garachico. Muchas veces en una mesa del quiosco de la plaza de la Libertad. Lugar idóneo para una buena tertulia.

Tomarse un cortado con Lorenzo Dorta puede convertirse en una charla de tres horas, o más, plagada de anécdotas. Fue el alcalde más joven de España, tanto que en su pueblo le llamaban, respetuosa y cariñosamente, "don Lorencito", y tiene el récord de permanencia en la Alcaldía de la Villa y Puerto, con 18 años; en el Cabildo de Tenerife, donde fue consejero durante 36 años, y en el Consorcio de la Isla Baja, con dos décadas en la presidencia. También tuvo cargos de responsabilidad en el Gobierno de Canarias y en la actualidad forma parte de la junta directiva de la Federación Tinerfeña de Fútbol.

Eligió aquella vieja Fuerteventura con calles de tierra para hacer las milicias y allí encontró al amor de su vida. Se marchó, "a riesgo y ventura", a dar clases a un pueblo de Segovia, Torrecilla del Pinar, donde introdujo su otra pasión: el fútbol. Allí fundó el primer equipo y dio la oportunidad a un niño llamado José Antonio García Calvo de convertirse en futbolista. Sin aquel maestro que trajo el fútbol a un pueblecito de apenas mil habitantes, García Calvo no habría terminado jugando en el Real Valladolid, el Atlético de Madrid y el Real Madrid.

En su memoria guarda "miles de anécdotas", de las que "unas se pueden contar en público y otras, mejor no". Recuerda con especial orgullo su relación con el expresidente Adolfo Suárez; la construcción de la avenida de Garachico; el anhelado puerto deportivo y pesquero; el instituto que ahora lleva su nombre, o el propio Consorcio de la Isla Baja, "que se creó en 1999 para tratar de recuperar la zona más deprimida económicamente de la Isla de Tenerife". Un reto que, dos décadas después, se va cumpliendo poco a poco.

Buenavista ya tiene su campo de golf y su hotel; Garachico logró el ansiado puerto en 2012; en Los Silos se ha mejorado la costa y se construyó la vía variante del casco, y El Tanque acaba de inaugurar la primera fase del ecomuseo. Ahora el objetivo de la comarca es mancomunar servicios para ahorrar.

Dorta tiene la carpeta llena de proyectos de futuro para la Isla Baja: "Está en marcha el procedimiento para tener un servicio común de recogida de residuos; un plan comarcal de ahorro energético; otro plan comarcal de señalización inteligente; el carril bici; una iniciativa para ofrecer a los parados formación agrícola muy demandada en el sector, o un programa cultural comarcal y coordinado".

También recuerda la importancia que tuvo apostar, en pleno boom del turismo y la construcción en los años 60 y 70 del siglo XX, "por recuperar el patrimonio histórico de Garachico, aunque para lograr esa financiación tuviéramos que convencer, no sé ni cómo, a los que repartían los fondos para regiones devastadas por la guerra civil".

"Era una época en la que tenías que ser el más espabilado para conseguir cosas para tu pueblo. Ahora la cercanía de las administraciones y de los políticos facilita mucho las cosas", reconoce.

Gracias a aquella apuesta por conservar el patrimonio y la idiosincrasia de Garachico, la Villa y Puerto es ahora "un destino turístico de primer nivel".

Dorta, que vivió desde la política el centralismo franquista, mira con recelo la apuesta de Vox por acabar con las autonomías: "Las comunidades autónomas son muy necesarias, pero sin olvidar tampoco la necesidad de limitar esos gastos que se duplican o triplican".

Confiesa que no tiene, "ni idea", de lo que puede pasar en las próximas elecciones regionales, insulares y municipales: "Estamos en una época en la que es muy difícil lograr una mayoría y todo puede cambiar por un puñado de votos".