A los 74 años de edad y después de siete años retirado, el exalcalde de San Juan de la Rambla Manuel Reyes Reyes regresa al ruedo de la política con un talante más conciliador y un nuevo proyecto, San Juan de la Rambla Somos Todos, que quiere convertir en "el partido de la concordia", dispuesto a "dialogar y a llegar a acuerdos con todos" los partidos, incluso con el PSOE de Fidela Velázquez, "si es por el bien del municipio".

¿Desde su dimisión en 2011 se planteó muchas veces regresar?

No, al principio no pensaba volver a la política porque creía que se iba a dar continuidad al trabajo que veníamos realizando durante muchísimos años (con AIS-CC). Pensaba que había gente con la suficiente capacidad para seguir gestionando el municipio. Yo no fui ningún salvador de la patria, como ninguno de mis compañeros, pero al menos nuestro trabajo y nuestra lucha ha quedado. Y como dice el refrán: por nuestras obras nos conocerás. Y ahí están nuestras obras.

¿Qué le llevó a dar el paso de formar un nuevo partido?

La gente estaba muy descontenta y llevaba años diciéndome que cómo era posible que yo me hubiera marchado, que los hubiera dejado. Yo les decía que no era el propietario del municipio, que sólo era un pobre vecino. Pero la insistencia, también de mucha gente joven, me animó a crear un partido. Al principio tuvimos conversaciones, pero no llegamos a entendimientos con partidos que no se adaptan a las necesidades que tiene un pueblo pequeño como el nuestro. Por eso creamos San Juan de la Rambla Somos Todos, cuya finalidad es ser el partido de la concordia, de la búsqueda de soluciones, de las líneas maestras en beneficio del pueblo. Estoy bastante ilusionado con la idea de que este partido vaya a servir para facilitar la unión completa del pueblo, más allá de discordias y jaleos.

Si el suyo es el partido de la concordia, no cerrará la puerta a llegar a acuerdos con nadie...

Si es por el bien del municipio, estamos dispuestos a dialogar con cualquier partido. Eso es lo más normal. Si podemos poner un granito de arena en beneficio del pueblo, pueden contar con nosotros.

¿Está dispuesto a trabajar incluso junto a Fidela Velázquez (PSOE)?

Creo que los partidos no son personas y que con todos los partidos se puede hablar. Si eso fuera necesario para beneficiar a San Juan de la Rambla, me sentaría a hablar con esa señora o con cualquier otro personaje que represente a mi pueblo. Si es en beneficio del pueblo, no para caprichos personales, siempre estaré dispuesto a sentarme a dialogar, hablar y negociar con gente que le tenga cariño a mi municipio.

¿Por qué quiere volver al ayuntamiento?

Por muchas cosas, por ejemplo la pena y la tristeza que da ver cómo están el mirador del Mazapé, la granja escuela, las carreteras, los caminos rurales o el mercado de medianías. Son proyectos abandonados, como la playa de Las Aguas o el Centro Escénico y de la Música, para el que teníamos un millón de euros reservado y ahora nada se sabe. La situación del comercio da pena. La gente se va del pueblo porque no hay nada que ofrecerles, y prefieren marcharse a municipios más organizados como Los Realejos, Puerto de la Cruz o Icod. San Juan de la Rambla está comercialmente muerto en la actualidad. Si no fuera por el Alteza, no habría donde comprar un kilo de carne o pescado.

¿Vuelve para acabar proyectos pendientes?

Indudablemente. Pero también tenemos un estudio en profundidad de la situación del municipio, con especial atención al sector primario, el comercio y el turismo rural. Queremos generar desarrollo y dar oportunidades de trabajo. Vamos a apostar por facilitar la implantación de nuevas empresas.

Cuando mira atrás, ¿se arrepiente de algo de sus 24 años como alcalde?

Me habré podido equivocar. Nunca se acierta en todas las cosas, pero no me arrepiento de nada. En absoluto. Sí me genera tristeza ver la falta de compañerismo y de seriedad que me tocó vivir en el ayuntamiento. De lo demás, estoy completamente satisfecho. Y si volviera a ser alcalde de este pueblo, aunque será muy difícil por todos los partidos que hay, volvería a actuar de la misma manera. Mi pueblo se merece todo el cariño, todo el respeto, toda la concordia y toda la negociación que sea posible. Que todos, de la mano, nos pongamos a trabajar. Que se acaben los enfrentamientos y las tonterías. Que el pueblo tome un buen camino de aquí en adelante, después de tantos años de maltrato que ha sufrido.

¿No se arrepiente de su dimisión en 2011?

No quiero estar metiendo más el dedo en la llaga, ni nada por el estilo, pero a mí en 2011 se me utilizó como moneda de cambio por pensar que todo el mundo tenía buenas intenciones. Me fui tranquilo para mi casa, pero si llego a saber el juego sucio que se estaba montando a mi alrededor, no habría dimitido en 2011. Si lo llego a saber, no me hubiera marchado ni aunque me hubieran empujado por la escalera. A veces te encuentras sorpresas como compañeros que te están dando puñaladas por la espalda.

¿Qué tipo de puñaladas recibió de sus compañeros de AIS-CC?

Pues me acuerdo en la primera campaña de Marco Antonio Abreu, cuando iba diciendo por ahí que él era la parte intelectual y que yo era el torpe. Que él me llevaba de la mano para todos lados. Que gracias a su intelectualidad se habían logrado tantas cosas. Y poco menos que yo era un totufo, un tolete. Eso da pena. Después de tantos años, ¿cómo se puede hablar mal de un compañero?