La Octava del Cristo de los Dolores de Tacoronte reunió ayer a miles de vecinos y peregrinos, llegados en su mayoría de Güímar y otros municipios del Sur, en una de las jornadas más esperadas.

Desde primera hora, los peregrinos fueron llegando al Santuario para mostrar su devoción a la imagen que llegó desde Madrid en el año 1661, de manos del militar Tomás Pereira de Castro. Tras el agasajo y la Misa de los Peregrinos, la plaza del Cristo se fue llenando de actividad y público con la XXXIV Feria de Artesanía.

Poco antes de mediodía comenzaron los actos más esperados de la jornada. El pendón municipal recorrió la distante entre el Ayuntamiento tacorontero y el Santuario del Cristo, acompañado por numerosas autoridades, entre ellas, el alcalde de Tacoronte, Álvaro Dávila, y el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso.

Tras la misa de las 12:00 horas, la imagen salió en procesión acompañada por gran cantidad de fieles llegados desde Tacoronte y municipios del resto de la Isla.

Esta peregrinación, de unos 30 kilómetros , parte del barrio de San Juan y llega a Tacoronte a través de Igueste de Candelaria, Barranco Hondo, La Esperanza y Agua García. Uno de los tramos de esta caminata se realiza por el sendero que usan, en sentido contrario, los peregrinos que acuden a la Basílica de la Virgen de Candelaria.

Los cargadores y cargadoras de la Hermandad del Santísimo Cristo de los Dolores volvieron a dar esplendor y solemnidad a una procesión en la que, desde hace años, cuida con esmero la vestimenta y la organización del delicado proceso para sacar al Cristo.

Las promesas, en forma de velas encendidas, volvieron a acompañar al Cristo.