El Ayuntamiento de Los Realejos ha decidido poner precio, de una forma muy visible, a una parte del mobiliario público. El objetivo de esta iniciativa es concienciar a la población del coste económico que cada elemento genera al erario público y promover así su cuidado. El alcalde de Los Realejos, Manuel Domínguez (PP), y el concejal delegado de la empresa municipal de servicios Realserv, Domingo García (PP), presentaron ayer la campaña "Etiquetamos tu mobiliario público", consistente en la colocación de grandes etiquetas en marquesinas, papeleras, jardineras, bancos, farolas y toboganes en las que se indica el coste público de estos elementos, junto al lema "Cuidar Los Realejos no tiene precio".

Realserv ha invertido 480 euros para elaborar 150 etiquetas plásticas anudadas con cordón que han comenzado a colocarse durante esta jornada en diferentes puntos de los ocho distritos del municipio y que permanecerán expuestas durante un mes. En cada etiqueta aparece un precio medio estimado del elemento del mobiliario urbano señalado, con un texto que invita a la reflexión sobre la responsabilidad compartida de respetar el entorno público.

Los vecinos podrán descubrir así que una farola cuesta alrededor de 737 euros, que un banco tiene un coste medio de unos 285 euros, que comprar una papelera cuesta al ayuntamiento una media de 180 euros o que una marquesina de una parada de guaguas requiere invertir unos 2.025 euros del dinero de todos.

Domínguez señaló que Los Realejos toma así "el testigo de otras ciudades de España que ya han puesto en marcha una iniciativa similar, que lo que persigue es poner el acento en que el mobiliario que se encuentra en la vía pública, en plazas y parques lo pagamos entre todos, que su mantenimiento o reposición supone una importante inversión cada año y que cuidarlo y respetarlo es una obligación que tenemos como ciudadanos".

García indicó que "llevamos tiempo buscando una manera llamativa de visibilizar un problema de conducta ciudadana, que si bien no es alarmante ni generalizado, sí supone una de las tareas permanentes de la empresa de servicios y una cuantía importante de costo a las arcas públicas".

"Esta campaña despertará la curiosidad de vecinos y visitantes, sabemos que se hablará bastante de ello, se cuestionará y se creará un debate sobre lo que cuesta una farola o una papelera y eso es precisamente lo que queremos", apunta García.

Para obtener los precios orientativos indicados en las etiquetas, la empresa municipal de servicios realizó un estudio comparativo del costo de cada uno de los seis productos seleccionados.