Puerto de la Cruz se quedó sin piscina municipal el 13 de diciembre de 2015. La rotura de una tubería y una inundación en la sala de máquinas de la instalación, construida en los años 70 del siglo XX, obligó a un cierre que ayer cumplió dos años. Un calvario para los deportistas de los clubes que, como el CN Martiánez, se han visto obligados a entrenar y competir repartidos por piscinas de otras localidades. El Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz insisten en que el Centro Insular de Natación, que debe hacer olvidar la vieja piscina, está cada vez más cerca de convertirse en una realidad y marcan 2018 como el año de inicio de una obra que durará al menos 18 meses.

Tras el desconcierto que generó inicialmente la grave avería y la falta de recursos municipales para atenderla, el 18 de febrero de 2016, dos meses después del cierre obligado, el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso (CC), reaccionó al ver a un equipo de natación sincronizada entrenando en el muelle portuense y anunció que la administración insular se haría cargo de la reforma de la piscina, pese a ser propiedad del ayuntamiento.

El 26 de febrero de 2016, Alonso concretó la intención de convertir la vieja piscina municipal en un moderno Centro Insular de Natación, gestionado de forma directa por el Cabildo. "Un complejo de vanguardia que compagine las actividades que se venían desarrollando hasta su cierre con otras vinculadas a la tecnificación en natación, sincronizada, waterpolo o salvamento y socorrismo", explicó entonces Alonso.

En mayo de 2016, el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz anunció ayudas para los clubes afectados por el cierre. El Pleno las ratificó el 25 de julio, pero los clubes no las recibieron hasta final de 2016. En 2017, la espera ha vuelto a alargarse hasta los últimos días del año, según ha denunciado esta semana el CN Martiánez.

Unos cuatro meses después del compromiso de Alonso de que impulsaría un centro de referencia en deportes acuáticos, el Consejo de Gobierno Insular adjudicó por 197.600 euros a Gestur Tenerife la redacción del proyecto básico (julio de 2016). El BOP publicó esa encomienda casi cuatro meses más tarde (en noviembre de 2016).

El 6 de marzo de 2017, Alonso confirmó que la vieja piscina municipal tendría que demolerse para poderla transformar en el prometido centro insular.

El día 7 de marzo de 2017, Alonso presentó en la Casa de la Aduana el proyecto básico, cuyo coste se estimó en unos 7 millones de euros. En aquel momento no se habló de un plazo concreto de ejecución porque, según Alonso, todo dependería del tiempo que tardara Costas en otorgar al ayuntamiento la concesión de la zona.

A finales de octubre de este año, el Servicio Periférico de Costas del Estado en Santa Cruz de Tenerife fijó las condiciones para otorgar al ayuntamiento la concesión de los terrenos de la piscina.

El alcalde portuense, Lope Afonso (PP), aseguró ayer a este periódico que el ayuntamiento "ya ha formalizado la aceptación de la concesión del dominio público donde se asentara la piscina, tras realizar gestiones en Madrid para que esa concesión se concretara en apenas un mes y medio, cuando el plazo habitual dura en torno a un año".

Salvar este escollo con Costas permitirá, a juicio de Lope Afonso, "aprobar el proyecto y licitar la obra antes de que acabe el primer trimestre de 2018". El presupuesto del Cabildo para el año que viene incluye una partida de 760.000 euros para iniciar la obra.