Ángel David Luis tiene 36 años y es un agricultor del barrio de Benijos, en La Orotava. Hasta hace apenas un año estaba "muy alejado de la electrónica", pero en junio de 2016 descubrió que grabar vídeos con un teléfono móvil para divulgarlos a través de la red social Facebook le podía ayudar a comercializar su cosecha y a defender el producto local y el trabajo en el campo. El pasado 8 de mayo subió un vídeo para tratar de vender sus zanahorias a 60 céntimos el kilo. Se ha compartido casi 4.200 veces y ya ha logrado más de 178.000 reproducciones en apenas una semana. Un éxito directamente de la huerta al Facebook.

En este vídeo anima a consumir zanahorias de la tierra y hace un alegato en favor del agricultor local: "Que los agricultores sigamos con vida depende de ustedes, de que nos vengan a comprar. Estamos en peligro de extinción. Los grandes nos van a comer. Nos comen con la mercancía que viene de fuera. Pero yo les digo una cosa: eso no tiene nada que ver con esto. Usted se hace un potaje o unas papas con carne con estas zanahorias y vale la pena. De verdad. Vale la pena. Vengan a buscarse una cajita, cinco kilos, y métanlas en el congelador. Prueben. Corten una zanahoria de las que vienen importación y pruébenlas, y corten una de estas. A ver cuáles son mejores".

EL DÍA conversó esta semana con Ángel David Luis, quien explica que su mujer "montó en 2014 la Frutería Agricultor en Toscal Longuera, en Los Realejos, y una chica que trabajó con nosotros nos abrió un Facebook para darnos a conocer", explica. Al principio solo subían algunas fotos, pero en junio de 2016 empezó a grabar vídeos con la ayuda de su hermano, su padre o su mujer.

Inicialmente los veía poca gente, pero poco a poco Ángel David fue aprendiendo trucos para conseguir llegar a más personas. Sus vídeos tienen ahora, normalmente, entre 3.000 y 15.000 reproducciones. "Desde que le digo a la gente que le dé a me gusta y lo compartan, llega mucho más", reconoce.

"Yo no soy una persona estudiada ni nada. A veces escribo con faltas de ortografía, pero no soy idiota -afirma -. Le doy muchas vueltas a las cosas. Mi mundo es la agricultura, de eso sí sé, pero esto nos está ayudando a vender lo que tanto nos cuesta sacar".

Ángel David viene de una familia de agricultores. Cultiva las tierras que ya cultivaban sus bisabuelos y, desde que era niño, sabe lo que es ayudar en la huerta. Su padre es José Luis García, un agricultor enamorado de las papas bonitas.

A su edad, se considera "en peligro de extinción" y destaca que en la agricultura "los más jóvenes tienen 50 ó 60 años". Él fue uno de tantos chicos que dejaron de estudiar para dedicarse a la construcción, con apenas 16 años, aunque nunca llegó a alejarse del todo de la agricultura. Trabajar en la construcción era "mucho más rentable", pero cuando llegó la crisis, tocó volver a la finca a plantar papas, coles, habichuelas, calabazas...

Compró libros para aprender más sobre el cultivo de verduras, aunque pronto los dejó de lado y se centró en la práctica y en la experiencia. Incluso llegó a ingeniar su propia maquinaria para facilitar el trabajo. Pasó siete años en el Mercadillo del Agricultor de La Orotava, pero ya el tiempo no le da para tanta ocupación.

"Esto es muy duro. Te tiene que gustar. Aquí no hay días libres ni vacaciones, sólo un ratito los domingos. Hay que atender las fincas y la frutería", relata. Además, debe sacar tiempo para grabar sus vídeos promocionales.

"El Facebook me ha ayudado un montón", afirma este agricultor que cada día se levanta a "las cinco o seis de la mañana" para poder cumplir con todas las tareas diarias en la finca y en la Frutería Agricultor.

Aparte de su peculiar y rústico "agromarketing", Ángel David Luis tiene claro que "el trato al cliente es muy importante" y por eso trata a los consumidores de sus productos con "mucho respeto". En sus vídeos suele animarlos a comparar el sabor del producto local con el del producto importado: "Lo de aquí no tiene nada que ver con lo de fuera".