Los atascos en la autopista del Norte de Tenerife (TF-5) a primera hora de la mañana comenzaron hace ya más de 20 años. Más de dos décadas no han sido suficientes para que las administraciones públicas con competencias en carreteras y movilidad se pongan de acuerdo en la forma de evitarlos. Han sido años de muchas ideas, algunas obras y ninguna solución.

Tras el reciente inicio del curso universitario han vuelto los grandes atascos a la TF-5 y el debate se ha reactivado. Pero en lugar de concretarse un plan de acción conjunto y rápido, las administraciones (y las personas y los partidos que las gobiernan) se han enfrascado en un rifirrafe en el que el Cabildo tinerfeño defiende la creación de un tercer carril y el Gobierno de Canarias desempolva el proyecto de la nueva vía entre Guamasa y el Sur, junto a Los Rodeos. Dos actuaciones de altísimo coste económico y largo plazo de ejecución. Dos soluciones lejanas, pero que podrían ser complementarias.

El alcalde de Tacoronte, Álvaro Dávila (CC), fue viceconsejero de Infraestructuras y Planificación de la Consejería regional de Obras Públicas entre 2007 y 2011. Un periodo en el que se intentó poner en marcha la vía que ahora defiende el Gobierno canario. La vía variante o baipás para desviar el tráfico de la TF-5 hacia la TF-1 por detrás de Los Rodeos tiene un proyecto que se actualizó en 2010 con idea de ponerlo en marcha en 2011 o 2012. Dávila la considera necesaria, pero también el tercer carril, "que ya acabó con las colas que se formaban en la TF-1 a la altura de Candelaria".

El Cabildo ha encargado estudios a la ULL sobre la movilidad de los estudiantes y a una empresa de ingeniería sobre "alternativas para mejorar la fluidez de la TF-5". Una de las ideas que se contempla en esa iniciativa es un corredor para guaguas y vehículos con alta ocupación ubicado en la zona central de la autopista. Sus resultados se conocerán este mes.

La lluvia de ideas no cesa, pero no se plantea ninguna propuesta a corto plazo para acabar con las insufribles colas que padecen miles de conductores que tratan de llegar desde el Norte de la Isla al área metropolitana entre las seis y las nueve de la mañana.

Mucho se ha hablado de la descentralización administrativa y sanitaria para evitar desplazamientos desde el Norte. Pero, con los hospitales del Norte y del Sur aún por hacer, parece difícil que estas medidas puedan tener un efecto a corto o medio plazo. Se calcula que cada día, entre las 7:00 y las 9:00 horas, unas 500 personas se desplazan del Norte a los hospitales del área metropolitana para extracciones de sangre, y desde las 8:30 hasta las 15:00 horas, otras 1.700 acuden a consultas externas.

Una posible solución inmediata sería la modificación de los horarios de la Universidad de La Laguna (ULL), por tratarse de una institución que genera el suficiente volumen de tráfico como para que en periodos de vacaciones o exámenes desaparezcan los grandes atascos. Pero la idea ya se ha encontrado con el rechazo frontal del rector y de los representantes de los 20.000 estudiantes universitarios, aunque miles de ellos sean también sufridores de los atascos.

ANC propuso crear una aplicación para móviles para fomentar el coche compartido y otros han planteado que los trabajadores del Cabildo y del Gobierno canario acudan a trabajar en guagua (se ha probado en la institución insular) o modifiquen sus horarios.

Las medidas de fomento del transporte colectivo chocan con las colas, puesto que ir en guagua no libra, de momento, del suplicio de avanzar a cuentagotas. Para que la guagua fuera una alternativa viable tendría que ponerse en marcha un carril bus en la autopista del Norte. Una actuación que tardaría años en completarse.

El tren del Norte fue, durante unos años, la solución soñada. Pero empezaron a contar las casas y propiedades afectadas, y a crecer los metros de túneles, y en eso llegó la crisis... y ahora casi nadie se ve subido en el tren de camino a Santa Cruz. El Cabildo de Tenerife no ha renunciado al sueño ferroviario.

Existe también el convencimiento de que la suma de pequeñas actuaciones aliviará el problema. Por eso se ha actuado en algunos enlaces de Guajara.

El anhelado cierre del anillo insular tardará años en concluirse en tramos tan complejos como Los Realejos-Icod o El Tanque-Santiago del Teide. Sin embargo, se espera que esa vía también sirva para desatascar la TF-5. El presidente insular, Carlos Alonso (CC), ha cifrado en unos 20.000 coches los que a diario podría utilizar esa vía en lugar de la TF-5 en dirección Santa Cruz.

El túnel entre La Orotava y Güímar

El túnel entre los valles de La Orotava y de Güímar se barajó como una de las posibles opciones para mejorar la movilidad de la Isla a finales del siglo XX y principios del siglo XXI. El exalcalde villero Isaac Valencia (CC) fue uno de los grandes defensores de esta gran obra que acercaría el Norte y el Sur por debajo de la cordillera dorsal de la Isla. Primero se pensó en una carretera, para luego apostar por un túnel solo para trenes. En 2008, el entonces presidente del Cabildo insular, Ricardo Melchior (CC), dijo que sería la última fase de la red ferroviaria insular, y el alcalde de Güímar en aquella época, Rafael Yanes (PSOE), pensó en el escombro resultante de la obra para rellenar los socavones de la extracción de áridos en su municipio. El coste de esta infraestructura, de entre 15 y 17 kilómetros de longitud, se cifró en unos 500 millones de euros. Su plazo estimado de ejecución era de nueve años. Pero se acabó el boom de la construcción y llegó la crisis. Y en los últimos años ya nadie ha vuelto a hablar del túnel La Orotava-Güímar como una alternativa posible para acabar con el colapso de la autopista del Norte.