Tres días después de sufrir el desalojo de la que ha sido su vivienda desde 1988, Antonio Méndez, de 78 años, y Berta Ferreiro, de 79, se encuentran "bien dentro de lo que cabe", aunque sea "imposible olvidar todo lo que ha ocurrido". Antonio asegura que van a seguir intentando recuperar su casa, con el apoyo de la Plataforma Yo También Vivo en el 102 y la PAH. Cristian González, que ayer acompañaba a Antonio y Berta en un paseo por el Norte de la Isla, asegura que el colectivo del 102 "no va a parar hasta que recuperemos la casa de Antonio y Berta".

La estrategia para tratar de recuperar la vivienda aún no está definida: "¿Cómo vamos a recuperarla? No lo sabemos aún, pero vamos a seguir. No puede triunfar la injusticia. Hay que buscar justicia. Se ha perdido una batalla, pero seguimos en la guerra".

Antonio corrobora las palabras de González y señala que "ahora toca analizar de qué manera podemos iniciar un nuevo proceso sobre este asunto". De momento, Antonio y Berta no tienen abogado y ya no confían en la justicia gratuita, que tantos sinsabores les ha causado. "Con un abogado de oficio nos va a pasar lo mismo de siempre, por eso vamos a intentar conseguir un buen abogado", señala Antonio.

"Necesitamos que nos defienda alguien con mucho talento en la cabeza, que vaya a tiro hecho y logre demostrar que esto ha sido una gran injusticia", recalca.

Aunque el caso está cerrado, aún queda la posibilidad de abrir nuevos procedimientos contra personas que han estado implicadas en el proceso. Además, queda por aclarar si el vecino denunciante, Urbano Hernández, se ha quedado solo con la vivienda del 102 o también con el terreno de la parte posterior. Según Antonio, "la abogada del ayuntamiento nos dice que esta sentencia solo afecta a la casa, pero la justicia tendrá que aclarar cómo se puede acceder allí".

"Uno está luchando para que todo se calme un poco en estos días, pero por la noche, a la una o a las dos de la mañana, te despiertas y se te viene todo encima. Será imposible olvidar todo lo que ha pasado", reconoce Antonio.

EL DÍA conversó ayer con Antonio y Berta en el Mirador de San Pedro, en Los Realejos, donde acudieron acompañados por Cristian González, que los sacó a pasear "para que desconecten un poco, aunque es difícil".

El matrimonio de septuagenarios continuará unos días alojado en un hotel del Puerto de la Cruz mientras se calman los ánimos y se aclara dónde podrán vivir a partir de ahora. El Ayuntamiento de Tacoronte les ofrece, durante unos meses, una vivienda en alquiler en su calle, la calle Ismael Domínguez.

El cerrajero donará a los ancianos lo que cobre

Antonio Miguel Rodríguez, el cerrajero al que encargaron el trabajo de cerrar la casa de Antonio y Berta tras su desalojo, aseguró ayer a EL DÍA que pensó que iba a un encargo más y que, tras darse cuenta de lo que había ocurrido, no se siente bien cobrando por ese trabajo. Después de conocer el caso de los ancianos del 102 de la calle Ismael Domínguez, en Tacoronte, este cerrajero de Geneto (La Laguna) anuncia a EL DÍA que "en cuanto cobre por lo que hice, pienso donar ese dinero a Antonio y Berta". Según afirma, "cuando llegué a hacer el trabajo me encontré con un paquete que no veas y no podía dar ni para detrás ni para delante. En cuanto me paguen, pienso darles el dinero a Antonio y Berta, que les hará más falta que a mí y se lo merecen. No me sentiría bien cobrando por eso. No estoy de acuerdo con lo que se hizo. Me ha afectado bastante, y ya no pienso aceptar más trabajos de ese tipo".