Hay locales que son mucho más que un simple negocio. Se convierten en símbolos de la zona donde abren y en una meca para su clientela. Es el caso del Vampis, en el Puerto de la Cruz, un "lugar de peregrinación" para el público homosexual y para los amantes de la música "house" y sus derivaciones . Tras casi 30 años abriendo sus puertas de miércoles a sábado, el pasado 7 de junio cerró. A partir de ahora, únicamente abrirá en ocasiones puntuales; por ejemplo, cuando haya eventos que atraigan a mucha gente hacia la principal zona turística del Norte de la isla.

José Manuel Placeres tenía 24 años cuando, el 20 de noviembre de 1984, decidió montar "un local diferente, cuando el Puerto de la Cruz era un lugar de moda, lleno de gente".

Placeres apostó por diferenciarse de lo que existía hasta ese momento y decidió apostar por ofrecer la vanguardia de la música "house" y "un ambiente liberal", destinado a una clientela de hombres homosexuales, pero sin ser un espacio cerrado a estos exclusivamente, según indica su propietario.

Señala que "Vampis" fue un espacio precursor de ambos segmentos de clientela "y aún en los últimos años hemos tenido muchísimos clientes gays". A juicio de Placeres, la evolución de la discoteca ha sido paralela a los cambios sociales que se han producido durante treinta años, tanto en la música que se pinchaba en el local, como en su decoración y, finalmente, hasta en las posibilidades de gasto semanal de sus clientes.

El aún propietario, con el apoyo de Giuseppe, indica que por el singular establecimiento de ocio nocturno "han pasado Dj´s de vanguardia y clientes de vanguardia", que han dispuesto de "una decoración acorde a las tendencias de cada momento y con el mejor sonido".

A juicio de José Manuel Placeres, el "Vampis" ha supuesto un símbolo para el destino turístico del Puerto de la Cruz, al igual que lo han sido para La Laguna el "Barock", o bien lo fue en su momento el "Metrópolis", para Playa de las Américas, o más recientemente, el "Faro Chill Art" para Costa Adeje.

Placeres señala que, desde el punto de vista del ocio, el Puerto de la Cruz "está en decadencia y mantener abierto un local de calidad es caro".

Explica que, como mínimo, hacían falta cinco personas para tener abierto un espacio de este tipo cada noche. En el caso concreto del "Vampis", abría miércoles, jueves, viernes y sábado, así como todas las vísperas de días festivos y cuando existía algún "evento fuerte".

Según Placeres, "la gente sale menos; muchas personas no pueden salir todos los fines de semana".

Aclara que, ante esa realidad, "hay que adaptarse".

Y anoche fue su primera noche de reencuentro con su clientela desde el pasado 7 de junio, coincidiendo con la prevista fiesta electrónica en el Lago Martiánez.

El propietario señala que, con el paso de los años, los padres que fueron clientes del local se lo recomendaron a sus hijos y, al final, ambos coincidían en el establecimiento. "Cuando cerramos hace más de dos meses, fue un bombazo; el recinto se llenó y salieron muchas lágrimas", recuerda.

La intención de Placeres y Giuseppe "es seguir con el mismo espíritu, que la gente venga y se sienta a gusto" después de un concierto o cualquier fiesta.