Hace más de un año que los vecinos de la conocida como barriada de García Escámez, ubicada en el camino de la Playa de San Marcos, en el municipio de Icod de los Vinos, vienen soportando un vertido constante de aguas residuales en plena calle, cuyo olor, según confiesan los afectados, "ya se hace insoportable y es nauseabundo".

El flujo de agua es visible desde la vía que da acceso a la popular playa, hasta el punto de que uno de los desagües laterales de la carretera se ha convertido en el canal por el que discurre el pestilente torrente de líquido.

Los habitantes de esta urbanización, donde pueden habitar en la actualidad unas 3.000 personas, llaman la atención sobre este problema porque se trata de un vertido que está en lugar de paso de uno de los enclaves del municipio más visitados, además de localizarse a unos escasos 500 metros de distancia de la playa.

Aunque el asunto ya se ha puesto en conocimiento de los responsables municipales en varias ocasiones, los afectados señalan que el ayuntamiento aún no ha tomado una solución definitiva, pues según explican, los mandatarios municipales con los que han mantenido los diferentes encuentros "solo nos han planteado como propuesta la posible construcción de una estación depuradora".

A medio plazo

Sin embargo, consideran que, aunque esta infraestructura supondría la solución definitiva a corto o medio plazo de los vertidos que padecen en la actualidad, "lo que nosotros reclamamos en realidad es que se aplique una medida con carácter urgente", ya que consideran que no solo se trata de evitar algo que produce mala imagen, sino que incluso puede tener repercusiones desde el punto de vista sanitario.

En este sentido, explican que, al margen del mal olor que deben soportar todos y cada uno de los días del año, "porque por la carretera discurre un auténtico río de porquería", se encuentran con otros inconvenientes paralelos como son las moscas y mosquitos que se concentran a lo largo de todo el recorrido, algo que ocurre a escasos metros de sus casas, otro motivo más por el que deben permanecer con las ventanas cerradas a cal y canto, "porque o te mueres de asco por el olor, o te matan los insectos". Además, ponen de relieve que es inaudito que las familias soporten algo tan molesto y pestilente, máxime cuando por este lugar transitan a diario muchos niños y personas mayores, una situación que ya consideran que se eterniza, puesto que, "desde el Ayuntamiento de Icod de los Vinos parece que han adoptado la decisión de no hacer nada, a pesar de que ya se les ha puesto en conocimiento este hecho y sus consecuencias en varias ocasiones".