LOS VECINOS de Los Realejos, cansados ya de promesas incumplidas, dan un paso decisivo en plena democracia. Lo hemos visto en estas elecciones del pasado 22 de mayo y en las urnas, donde los habitantes de este municipio han expresado su sentido de la responsabilidad haciendo uso de sus legítimos derechos constitucionales.

Claro y contundente fue el veredicto cuando a la hora del recuento salta de modo sorprendente la sorpresa. Pero así lo han querido los votantes y se ha cumplido. El Partido Popular se ha alzado con el triunfo en estas elecciones a la Alcaldía de Los Realejos con once concejales, mientras que CC, que ya daba por hecha la victoria, pierde tres de los nueve concejales con los que contaba en un gobierno en minoría tras romper el pacto con el partido socialista.

Los caprichos del alcalde, don Oswaldo Amaro, quien nunca tuvo en consideración la voz de los habitantes de este municipio, dieron como resultado que nuestros votantes le quitaran la confianza depositada en él; y fue en las urnas, el lugar adecuado, como no podía ser de otra manera, donde el alcalde y su grupo de gobierno fueron derrotados democráticamente.

Nunca los habitantes de Los Realejos hicieron caso a las promesas de CC, porque sabían que jamás se iban a cumplir. Tampoco al derroche sorprendente de publicidad, en el cual intentaron confundir al votante. Y como el pueblo no perdona a quienes lo engañan, quisieron cambiar su confianza con gente noble y sincera: el PP fue elegido en mayoría por los realejeros para gobernar en nuestro municipio durante cuatro años.

Fecha histórica por lo acontecido y por lo que puede suponer para que este municipio avance. Nunca para repartir panfletos y propaganda falsa y confusa. Y mucho menos para prometer y no cumplir. En este caso, CC ha hecho un alarde de compromisos que el electorado sabía que nunca cumpliría. Y por tal motivo llegó la desconfianza. Y aunque habían anunciado que querían mayoría absoluta para gobernar y realizar sus proyectos, los electores, sabiendo que mentían, le retiraron su confianza, y dan la oportunidad para que el Partido Popular lleve a cabo su modesto programa, con un grupo de hombres y mujeres que encabeza Manolo Domínguez con ilusión, para mejorar el municipio y la vida misma de los realejeros.

Pero también es importante recordarle al nuevo grupo de gobierno que se olviden de sus ideologías políticas: del Sr. Rajoy, del Sr. Soria y de la Sra. Cristina Tavío, porque queremos un pueblo solidario y sin "intermediarios". Una Canarias libre y unos canarios patriotas, para lograr ese país lleno de pueblos y ciudades que debe ser Canarias, sin tener que estar esperando las decisiones de Madrid y seamos capaces de ondear nuestra propia bandera. Ese debe ser el compromiso de los políticos que defienden el terruño y no otro, y esperamos que así sea, porque estaremos muy pendientes de quienes nos traicionan.

Atrás han quedado ocho años de incertidumbre, de promesas incumplidas, de proyectos caprichosos, como las zonas comerciales abiertas de San Agustín y el Realejo Alto, que solo han servido para que el comercio en estos lugares fuera cerrando sus puertas. El ejemplo lo tenemos en San Agustín. Son argumentos que el votante ni entiende ni comparte, porque es el mero capricho de unos políticos que bajo las siglas de CC han intentado romper la armonía comercial de estas zonas sin el más mínimo pudor. Ahora, aquellos que ya tenían las elecciones ganadas y sin acudir a las urnas pasarán a la oposición. Y allí deben demostrar si son, o no, válidos. Lugar del que nunca -dado lo visto hasta ahora- debió salir por su ignorancia como partido político y que ha acabado con las ilusiones de muchos comerciantes de este municipio, pero que a partir de ahora el PP debe de recomponer y llevar de nuevo la ilusión a quienes la perdieron sin contar ni dialogar con los pequeños y medianos comerciantes.

Así, de esta forma, es imposible que un municipio avance, por mucho que hable don Paulino Rivero de que "estamos avanzando". Creo, sin embargo, que en vez de avanzar y crear puestos de trabajo, lo que hace CC es destruir el presente y el futuro de nuestros hijos y nietos; por ello, no nos debe de extrañar que el electorado haya castigado en las urnas a CC en Los Realejos, municipio al que nos importan su presente y su futuro.

Ahora, cuando ya las urnas han hablado, al PP en Los Realejos le espera esa tarea, que de momento no va hacer nada fácil, pero la ciudadanía confía en estos hombres y mujeres, que, a partir del 11 de marzo, deberán reformar el ayuntamiento y convertirlo en la casa común de todos los realejeros, y oír a las asociaciones de vecinos, colectivos y grupos, sin olvidarse de los que padecen hambre o falta de trabajo, y también de los que necesitan un techo, entre otras muchas necesidades a las que CC nunca prestó atención, desviando su mirada con prepotencia y demagogia.

El Partido Popular, conocedor de la problemática actual por la que pasa en estos momentos el municipio de Los Realejos, debe ser coherente, disciplinado y respetuoso, sin que se pierda el respeto que nuestros hombres y mujeres se merecen, y trabajen con dignidad por levantar esta tierra y hacerla producir. Es su gran ocasión y la deben aprovechar en estos momentos históricos e inesperados; pero justo, porque tampoco el electorado perdona a quien le da la espalda.

Ahora mejor que nunca ha llegado el momento de poner las cosas en su sitio y trabajar con dignidad por superar metas perdidas y hacer de Los Realejos y de Canarias una tierra afortunada y libre en la que todos nos sintamos a gusto y defendiendo nuestros derechos y libertades, pero también trabajando por lograr una patria unida y una tierra más solidaria.

Creo que ha llegado la hora de la verdad: Los Realejos es tierra donde nuestros antepasados amasaron el barro con las manos, hicieron producir los campos y llevaron sus rebaños por veredas y atascos en busca de verdes prados. Nosotros, legítimos herederos de esa raza, también tenemos el derecho y la obligación de seguir sus pasos. De luchar con todas nuestras fuerzas para que nuestros propósitos se conviertan algún día no muy lejano en una realidad. Y por tal motivo confiamos en este grupo de hombres y mujeres del Partido Popular para que lleve a buen puerto, antes de que la barca se hunda, a esta noble villa, oyendo la voz del pueblo y aceptando todo lo bueno para que la villa noble y sabia nunca pierda el rumbo que las urnas, a través de sus vecinos y con sus votos, han puesto en las manos entusiasmadas de los populares.

Y como es nuestra obligación, por ser hijos de este pueblo, estaremos muy atentos al acontecer que a partir del 11 de junio se produzca en este nuestro querido municipio de Los Realejos.

Nos alegramos por el cambio y el triunfo. Otros no tanto. Pero el votante ha despertado a tiempo y ha puesto su confianza en los populares.

Si son demócratas, acepten el sufragio y aprendan a ser personas respetuosas con las urnas. De lo contrario, abandonen la política, porque les están haciendo un flaco favor a la soberanía popular y al estado de derecho. Y espero que los elegidos empiecen a construir nuestro propio país soberano, sin depender de quienes nunca nos han prestado la atención adecuada ni han tenido la virtud de considerar nuestros problemas a dos mil kilómetros de distancia, donde ya se palpita la miseria, el hambre, el paro juvenil y las miserables pensiones de nuestros mayores, unido a la carestía de la cesta de la compra y la abusiva subida de los combustibles. Ante tales males, los canarios serios, honrados y honestos nos planteamos la necesidad de ser un país libre para acabar con esta lacra que nos asfixia.

¡Ah!, "el trabajo en equipo es esencial… permite echarle la culpa al otro sin pensarlo".