Las fincas abandonadas próximas a las áreas forestales o en explotación son el caldo de cultivo para la propagación de los incendios. Al menos así lo entiende el consejero insular de Medio Ambiente, Wladimiro Rodríguez, quien pudo comprobar sobre el terreno los daños ocasionados por los incendios registrados en Agua García y La Hornaca, en Tacoronte, y en el barranco del Salto del Gato, en El Sauzal. Manifestó que lo ocurrido ayer ha sido una lección para todos, dado que de haberse cuidado los terrenos o estar en explotación el riesgo de incendio hubiera sido mucho menor y hace un llamamiento para que sus propietarios se encarguen su limpieza o asuman las consecuencias.