Un inmigrante cubano amenaza con encadenarse junto al Ayuntamiento del Puerto de la Cruz si no recibe una ayuda para paliar la delicada situación económica familiar, habida cuenta que se le han agotado prácticamente las prestaciones oficiales y afirma vivir a duras penas en un pequeño estudio con su familia. Orelbi Pérez Estrada, de 46 años de edad y casado con una vecina de Icod de los Vinos, explica gráficamente que en dos camas duermen cinco personas.

Su situación económica y familiar es crítica, vive en un estudio, en el 108 de la calle Esquivel de la ciudad turística, con su mujer y tres niños de ocho, seis y cuatro años de edad y asegura que "no sé a quién recurrir porque no dispongo de medios para salir adelante, mis padres viven al lado, pero mi madre tiene cáncer, mientras que mi padre tiene 72 grados de minusvalía, y no tengo a nadie que me eche una mano. Mis hijos estudian en el colegio público Tomás de Iriarte, pero hay que atenderlos, y las posibilidades son muy escasas.

Ha reclamado ayuda en Servicios Sociales, pero nadie quiere resolver nada. He repartido solicitudes de empleo en varias empresas, e incluso me han inscrito. Estoy desesperado, ahora se me acaba la ayuda de 420 euros para mayores de 45 años. Por ocho días no pude acceder a la prestación de desempleo.

"A veces me voy a pescar para olvidar -señala-, pero también con el anhelo de si alguien se pone en contacto con nosotros. Me paso el día caminando y no aparece nadie que quiera apoyarme. Mi mujer no tiene estudios, con lo que las posibilidades de emplearse son bastante remotas, la Cruz Roja le ha encargado la venta de unos números para el sorteo del oro, para ganarse unos euros y poder sobrevivir".

"Los niños están de vacaciones de verano -añade-, y en nuestra casa escasean los alimentos. ¿Qué hago con estos hijos? Estaba pagando unos 500 euros por una vivienda y tuve que dejarla para instalarnos en un estudio, y no nos alcanza el dinero para el alquiler, que es de 350 euros al mes".