Hace cinco años fallecía en Madrid Adolfo Suárez, primer presidente de la democracia, quien dos días después fue enterrado, junto a su mujer, Amparo Illana, en el claustro de la catedral de Ávila, la ciudad en la que vivió una parte de su juventud y donde tuvo una casa siendo jefe del Ejecutivo.

Para recordar su figura y su obra, más de medio centenar de abulenses y visitantes han seguido sus pasos por las calles de la capital abulense, que por esta estrecha vinculación le dedicó una escultura en la que aparece como un viandante más.

En ese punto de la plaza Adolfo Suárez ha arrancado esta mañana la segunda edición de la Ruta de la concordia, organizada por el Ayuntamiento de Ávila y que volverá a tener lugar el lunes debido a la gran demanda de personas interesadas en la figura de Suárez.

Bajo la dirección del técnico municipal Israel Muñoz, los participantes han podido escuchar algunos aspectos de la vida personal y política de una "figura universal", según ha explicado a los periodistas la teniente de alcalde de Cultura, Educación y Deportes, Sonsoles Sánchez-Reyes.

Las nuevas paradas del recorrido han servido para conocer algo más la figura de un hombre que, como su estatua a tamaño natural, "siempre estuvo a pie de calle".

Esa escultura junto a la que cientos de personas se fotografían a diario mira con gesto sereno y con las manos entrelazadas a la espalda hacia la Catedral, en cuyo claustro reposan los restos de Suárez, junto a los de su mujer, bajo una lápida en la que puede leerse el epitafio "La concordia fue posible".

A las puertas del templo, Muñoz ha recordado algunos detalles de aquel funeral de Estado, así como las máximas distinciones recibidas por este abulense de Cebreros y el trabajo que "hizo posible el paso de la dictadura a la democracia".

Desde la Catedral, la comitiva se ha dirigido hacia el número 1 de la calle Enrique Larreta, donde vivió buena parte de su juventud, después de haber nacido en la localidad de Cebreros.

Muy cerca de allí, en la calle Lope Núñez, se ha producido la cuarta parada, ya que en esa vía situada en pleno casco histórico se encontraba el antiguo colegio San Juan de la Cruz, donde estudió.

En estos dos últimos lugares, el técnico municipal ha explicado cómo siendo muy joven Suárez, que "destacó por su capacidad de liderazgo", se tuvo que hacer cargo de su familia "por diversas vicisitudes".

La comitiva se ha detenido después en la capilla de Mosén Rubí, donde fue enterrada el 19 de mayo de 2001 la esposa de Suárez, Amparo Illana, dada su relación con el marqués de Fuente El Sol, presidente del patronato del que depende este templo, declarado bien de interés cultural en 1983.

En la puerta de este pequeño templo, Israel Muñoz se ha referido a Suárez como "un hombre luchador" desde el punto de vista personal, "tirando de la familia", y político, dentro de su propio partido.

En este sentido, ha hecho referencia al Cristo de las Batallas, que se encuentra en el interior de la capilla y que los Reyes Católicos llevaban a las batallas, de ahí su nombre, para comentar algunas de las que Adolfo Suárez gano y las que perdió.

Entre estas últimas, ha hecho especial referencia a la lucha que junto a su mujer y su hija mayor, Marian, tuvo contra el cáncer que fue diagnosticado a ambas y que finalmente no pudieron superar.

El recorrido ha concluido con una parada en la Plaza del Mercado Chico, donde jugó Suárez en su infancia, para después continuar en la Plaza Corral de las Campanas, la Plaza de la Santa y el Hotel Casa del Presidente, lugar en el que la familia Suárez residió durante los periodos vacacionales siendo presidente del Gobierno, hasta su venta.

Este sábado, coincidiendo también con el quinto aniversario de la muerte de Suárez, el Museo Adolfo Suárez y la Transición (MAST) de Cebreros ha organizado una jornada de puertas abiertas.