El PP y Ciudadanos pidieron ayer que el Estado actúe contra la CUP y su organización juvenil, Arran, tras los ataques a sus sedes de Barcelona, jornada en la que el PSOE lamentaba que la única esperanza del PP para gobernar sea aliarse a los "nostálgicos franquistas".

En su visita a las Fallas de Valencia, el presidente del PP, Pablo Casado, exigió que la organización juvenil Arran vinculada al partido independentista sea ilegalizada, igual que se hizo con aquellas que promovían la ''kale borroka'' en el País Vasco.

En una línea similar, el presidente de Cs, Albert Rivera, exigió que se retire a la CUP los fondos públicos por cometer "atentados y ataques" contra otras fuerzas, porque en su opinión no se puede dar dinero a quienes "utilizan la violencia".

"Estos ataques son inadmisibles, son pura kale borroka, hay que aplicar la ley que está en vigor desde 2002 y que dice que aquellas organizaciones que alienten la violencia deben ser ilegalizadas", aseguró.

Por otro lado, el presidente del PP admitió que puede llegar a acuerdos coyunturales con Vox cuando le han preguntado por el "fichaje" por parte de la formación de extrema derecha de militares que han exaltado el franquismo. Un posible pacto al que aludió el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, quien lamentó que la "única esperanza" del PP de volver a gobernar sea unirse a un partido como Vox, que a su juicio resulta cada vez "más tenebroso" y ficha candidatos "nostálgicos del franquismo".