Felipe VI aseguró ayer que "no es admisible apelar a una supuesta democracia por encima del derecho, pues, sin el respeto a las leyes no existe ni convivencia ni democracia, sino inseguridad, arbitrariedad y, en definitiva, quiebra de los principios morales y cívicos de la sociedad".

El rey lanzó este mensaje en la clausura del Congreso Mundial del Derecho, que reunió en Madrid a unos 2.000 juristas de 77 países.

Un acto celebrado en el Teatro Real y en el que, acompañado por doña Letizia y el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, el monarca recibió, en medio de vivas al rey y una prolongada ovación, el Premio Mundial de la Paz y la Libertad, que le otorgó la Asociación Mundial de Juristas (WJA, por sus siglas en inglés).

Las palabras del rey coincidieron con las primeras sesiones del juicio contra los dirigentes independentistas catalanes del procés, pero en ningún momento hizo mención alguna a este asunto.

Ante los juristas de todo el mundo y los máximos responsables de las principales instituciones españolas, Felipe VI ensalzó el estado social y democrático de derecho que existe en España, pese a las dificultades que en todo el mundo aquejan a las instituciones democráticas, dijo. Unas dificultades cuya superación defendió no abandonando la democracia ni renunciando a sus principios, sino fortaleciéndola y mejorándola.

En un momento como el actual, cree necesario reafirmar el compromiso con la democracia constitucional, que supone, al mismo tiempo, la defensa del Estado de derecho. "Sin democracia, el Derecho no sería legítimo, pero sin Derecho la democracia no sería real ni efectiva", apostilló.

Fue entonces cuando subrayó que no tiene sentido ni es admisible apelar a una supuesta democracia por encima del Derecho.

Felipe VI agradeció el premio recibido, que en los 55 años de historia de la WJA solo se ha otorgado a otras tres notorias personalidades internacionales: Winston Churchill, Nelson Mandela y René Cassin, padre de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU.

Un premio que interpretó como un reconocimiento a la democracia constitucional española y a los dirigentes que en diversos ámbitos lideraron la Transición.

En representación de todos ellos, citó al expresidente del Gobierno Felipe González, quien intervino previamente en el acto para elogiar la labor y el compromiso del rey y utilizó unos argumentos coincidentes con los de Felipe VI.

En un apunte en su cuenta de Twitter, el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont acusó al rey Felipe VI de confundir "la ley con la democracia", añadiendo que "Franco respetó la ley cuando nombró a Juan Carlos I como sucesor. Por ello, su hijo muestra esta obsesión a confundir la ley con la democracia, que, por otro lado, no es una confusión inocente".

En la misma red social, el presidente del Parlament, Roger Torrent, replicó al rey que es inadmisible utilizar "los tribunales contra la voluntad democrática de la ciudadanía".

El exjefe del Gobierno Felipe González afirmó que es "mentira" y un "engaño" que fuera de la Constitución se ejerza la democracia, subrayando que el texto de 1978 es "resistente y resiliente" frente a las "andanadas" que recibe, en alusión al desafío independentista en Cataluña. En su intervención durante la entrega a Felipe VI del Premio de la Paz y la Libertad, y ante "las andanadas completamente injustificadas" que el independentismo catalán viene vertiendo contra la Corona, González destacó el discurso que el rey pronunció el 3 de octubre de 2017 a favor de que "es dentro de las reglas de juego de la Constitución como se expresa de verdad la libertad y la democracia".