El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vendido en el Foro Económico de Davos la promesa de una España capaz de liderar la revolución digital aunque ha abandonado esta cita internacional sin concretar si el capital extranjero apuesta por el país con nuevas inversiones.

Sánchez acabó hoy, jueves, su periplo de dos días en la ciudad suiza en la primera visita en nueve años que un presidente de Gobierno español hace a este foro, y tras mantener varias reuniones con los directivos de algunas de las principales tecnológicas del mundo.

Una agenda que se ha visto trastocada en cualquier caso por los acontecimientos en Venezuela y que ha provocado que Davos fuese escenario, entre otras cosas, de la llamada que Sánchez ha hecho al presidente de la asamblea nacional venezolana autoproclamado presidente del país, Juan Guaidó.

También ha sido en este foro donde el presidente del Gobierno se ha reunido con sus homólogos de Colombia, Iván Duque Ecuador, Lenin Moreno, y Costa Rica, Carlos Alvarado Quesada para hablar de la crisis venezolana.

Los tres mandatarios se pronunciaron ya anoche en Davos en apoyo de Guaidó aunque Sánchez no lo ha hecho de forma explícita porque quiere consensuar la respuesta europea. En Moncloa, no obstante, subrayaron que son muchos los gestos que demuestran de qué lado está Sánchez, empezando por su llamada al dirigente opositor.

El Gobierno español trasladó este jueves un balance muy satisfactorio del primer paso por Davos de Sánchez, no solo por su intervención de ayer, que aseguran gustó mucho a los empresarios españoles que vienen a esta cita, sino también por los contactos hechos con empresas internacionales.

Y aunque fuentes del Ejecutivo aseguraron que dichas conversaciones han sido todo un éxito y traerán a España nuevas inversiones que se irán conociendo, no han llegado a concretar cuáles son ni tampoco qué compañías se han comprometido a hacerlas.

En Moncloa aseguran que ha calado el compromiso de Sánchez de acelerar la transformación digital y colocar a España entre los países que la lideran "sin dejar a nadie atrás" y con una modernización que sea "inclusiva".

Y fuentes del Gobierno aseguraron que de las cinco compañías con las que se reunió el presidente del Gobierno solo una, Booking, trasladó su malestar por la nueva tasa a las tecnológicas que ya ha aprobado el Consejo de Ministros y que se tramita en las Cortes.

En su objetivo de que España sea una "start up nation" -una nación emprendedora- tecnológicamente hablando, Sánchez pidió a estas empresas que asesoren al Gobierno español para algunas de las reformas que quiere acometer. Especialmente la de la reforma de la formación profesional.

Una reforma que según el Ejecutivo tiene que pasar por el contacto constante con estas empresas para que expliquen cuáles son sus necesidades profesionales, cuál es la formación que buscan en sus trabajadores, y qué capacitaciones son las más demandadas.

Algunas de estas empresas respondieron ya al presidente ofreciendo a algunos de sus profesionales españoles de mayor nivel para que asesoren al Ejecutivo.

Pero no todo han sido tecnológicas, y Sánchez también tuvo entre sus reuniones un encuentro con Arcelor Mittal, el mayor productor mundial de acero y una empresa que da trabajo a 8.000 personas en España y que está inmersa en un expediente de regulación de empleo temporal (ERTE).

Según fuentes gubernamentales, en el contacto mantenido ayer con el presidente de Arcelor Mittal, Lakshmi N. Mittal, éste no transmitió que vaya a haber nuevas decisiones en materia laboral más allá del ERTE que puedan preocupar a España.

Sí se habló de otras cuestiones como la intención del Ejecutivo de ayudar a las empresas que como Arcelor son electrointensivas, es decir, dedican buena parte de sus costes al elevado consumo de electricidad.

Pedro Sánchez abandonó esta tarde Davos tras completar esta intensiva agenda de dos días en la que ha recalcado que España es el lugar adecuado para invertir.

Y lo hizo casi a la misma hora en que en Madrid comenzaba en el Senado el pleno convocado a instancias del PP para que explicase su reunión de diciembre con el presidente catalán, Quim Torra.