El excomisario José Villarejo se jactaba ya en 2005 de sus métodos para encriptar información y aseguraba que si un día registrasen su casa encontrarían "un poco de pasta", pero no comunicaciones, dado que esas las llevaba "a raja tabla".

Así consta en una de las muchas conversaciones entre Villarejo y el comisario Enrique García Castaño, conocido como Big o Gordo, que la Policía intervino precisamente en el registro a una de las casas del excomisario, principal acusado del caso Tándem y que se encuentra en prisión preventiva por esta causa.

El informe policial, al que ha tenido acceso Efe, señala que, al menos desde 2005, García Castaño, investigado en esa causa pero en libertad provisional, le suministraba medios técnicos como dispositivos de geolocalización o grabadoras y datos e informaciones de conocimiento reservado, a las que tenía acceso por su posición "estratégica" en la Policía a cambio de una participación en los beneficios que obtenía.

En varias de ellas, el comisario García Castaño muestra su preocupación por las cuestiones de seguridad y, en una de diciembre del año 2005, le dice que tenga mucho cuidado con los "canutos" (los teléfonos) y las filtraciones.

"Enrique, punto uno. Yo cojo, meto, desencripto, encripto el listado de los canutos y lo destruyo si no es necesario (...)", responde Villarejo, quien le dice que siempre lleva un lápiz de memoria encima con la información encriptada.

Le habla de un programa "que hace que, si fallas, lo que hace se va todo; tienes que formatear el lapicero, porque se ha borrado todo, porque además el lápiz es tremendamente frágil".

Añade que se basa en códigos binarios "que son unos y ceros con una entrada y una salida; entonces, en el momento que tú abres el bucle y no lo cierras, automáticamente se contamina todo".

Reconoce que eso ya le ha pasado y que "cada mes o mes y pico" lo que hace es "una copia de seguridad en un CD" y posteriormente las va "cambiando" y "destruyendo".

"Ese es mi método, que llevo muchos años haciéndolo y nunca lo (ininteligible) y ¿por qué? Porque es mi vida", asegura Villarejo.

El entonces comisario garantiza a su interlocutor que, si le "cogen" y le hacen un registro en su casa, le pillarán "un poquito de pasta tal y cual", pero las comunicaciones las lleva "a raja tabla".

La cuestión es que, pese a la seguridad con la que Villarejo defiende la seguridad de sus métodos, esa grabación está entre las decenas de "terabytes" con información que la Policía localizó en una de sus casas cuando lo detuvo y que están siendo analizados desde entonces y puestos a disposición de la Audiencia Nacional.

En concreto, estas grabaciones estaban acumuladas en ocho DVD intervenidos en el registro a la casa de Boadilla del Monte (Madrid).