El encuentro de ayer en la cena del grupo parlamentario entre los dos candidatos a presidir el PP, Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado, apenas ha pasado de ser una fotografía y hoy ambos han escenificado claramente sus diferencias, lo que aleja la posibilidad de integración de las candidaturas.

Los dos aspirantes a suceder a Mariano Rajoy ya se hacen reproches sin pudor en sus intervenciones en los medios y ante los militantes del partido y aunque Saénz de Santamaría insiste en lograr una lista única de cara al congreso extraordinario, sigue sin haber fecha para una reunión entre los dos.

Después de quedar aparcada la posibilidad de un debate público, que solicitó Pablo Casado, ahora la disyuntiva se centra en la forma de realizar la segunda vuelta de la votación en el próximo Congreso.

La candidatura del vicesecretario de Comunicación del partido parece no fiarse de que no se vaya a influir sobre los compromisarios y ha solicitado medidas como cabinas y sobres para garantizar que el voto es "libre y secreto", así como que la distribución de las mesas sean por orden alfabético.

Sin embargo, Sáenz de Santamaría ha asegurado que confía "en la libertad del partido y la libertad de todos los compromisarios para votar lo que estimen conveniente", y ha dejado en manos de la Comisión Organizadora del Congreso (COC), que se reúne mañana, la decisión a este respecto.

"Yo soy de confiar", ha afirmado Santamaría en Torrejón (Madrid), donde ha celebrado el primero de sus dos actos de campaña.

Pero el desencuentro no solo está en esta cuestión de forma, sino que Casado y Santamaría se han enfrentado hoy por la juventud del primero y el género de la segunda.

Santamaría ha reprochado a Casado que "vende que es joven, eso se arregla con el tiempo", pero su condición de mujer "no se arregla con el tiempo" y está muy orgullosa de serlo.

Además, ha puesto en valor que un 63 % del partido ha votado a una mujer para presidirlo, al apoyar su candidatura o la de María Dolores de Cospedal en la primera vuelta.

Para Casado "ceñir esta campaña a en qué sexo tiene cada candidato no conduce a ningún sitio" e incidir en que "ser mujer" es un argumento que suelen emplear partidos de ideologías distintas a la del PP. Y sobre su juventud, ha replicado que 37 años es una "edad estupenda" para liderar un partido.

Hasta en los números no se ponen de acuerdo, y en la suma de apoyos que hace Casado, Soraya ve más bien una multiplicación sin base real.

Ambos saben que el apoyo de quienes votaron a Cospedal será decisivo para esta segunda vuelta y, mientras la secretaria general no se pronuncia públicamente, la candidatura de Casado ya ha dado por hecho que la tiene de su lado, mientras que eso a Santamaría "no le consta".

En esta batalla por lograr el voto de los compromisarios, otro apoyo significativo es el del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien ha seguido hoy sin decantarse oficialmente por uno o por otro.

Ha recibido a Casado en Santiago de Compostela y le ha dado todo su apoyo en el acto, pero ha optado por ser "prudente" porque Santamaría irá a Galicia el lunes y ha considerado "absolutamente improcedente" decir hoy a favor de quién está en esta etapa final de la carrera por liderar el partido.

Sí se ha pronunciado quien fue su oponente para liderar el partido en Galicia y ahora es portavoz del PP en el Senado. José Manuel Barreiro ha pedido un "esfuerzo de generosidad" para lograr una lista unitaria encabezada por Santamaría, al igual que él en 2005 se integró en la candidatura de Feijóo que tenía más avales.