Las nuevas borrascas profundas que puedan afectar a Portugal, España y Francia tendrán nombre propio a partir de ahora, según han informado la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), impulsora de esta iniciativa junto a MétéoFrance (Francia) y el IMPA (Portugal) desde el 1 de diciembre.

Así, las próximas borrascas profundas se llamarán Ana, Bruno, Carmen, David, Emma, Félix, Gisele, Hugo, Irene, José, Katia, Leo, Marina, Nuno, Olivia, Pierre, Rosa, Samuel, Telmva, Vasco y Wiam.

Se dará nombre a las borrascas procedentes del Atlántico que se profundicen de tal manera que puedan producir un gran impacto en los bienes y las personas, aunque no será necesario que experimenten un proceso de ciclogénesis explosiva (caída igual o superior a 18-20 hectopascales en 24 horas en el centro de la baja en nuestras latitudes).

La iniciativa surge tras una experiencia similar desarrollada desde 2015 en Reino Unido e Irlanda que ha demostrado que la población permanece más atenta a las recomendaciones de seguridad, cuando la amenaza de viento fuerte está claramente identificada y asociada al nombre de la borrasca y busca favorecer una comunicación más efectiva ante un episodio adverso de viento, que también suele llevar asociados fenómenos costeros adversos y en ocasiones también problemas relacionados con la lluvia y la nieve.

La propuesta forma parte de EUMETNET para asegurar y facilitar la cooperación entre los servicios meteorológicos nacionales de Europa.

La borrasca o depresión profunda es un tipo de ciclón (que incluye huracanes, tifones bajas polares, medicanes, etcétera) que transcurre por latitudes medias, entre 30 y 60º de latitud. Se trata de sistemas de bajas presiones donde el viento gira en sentido contrario a las agujas del reloj en el hemisferio norte.

La AEMET explica que asociados a estas borrascas profundas se producen vientos fuertes o muy fuertes y que serán más intensos cuanto menor sea el mínimo de presión en el centro de la baja.

BORRASCAS CON AVISOS NARANJA O ROJOS

La borrasca profunda se nombrará solo cuando se esperen condiciones que ocasionen avisos de viento naranja (riesgo importante) o rojo (riesgo extremo) asociados a ella en alguno de estos tres países. De momento no se nombrarán las borrascas mediterráneas, aunque no se descarta hacerlo en el futuro.

En el caso de España, tal como se indica en el documento de umbrales y niveles de aviso del Plan Meteoalerta), se trata de rachas máximas superiores a 90, 100 y 110 kilómetros por hora según las zonas.

Sin embargo, si la borrasca profunda se debe a una situación post-tropical o extratropical, por tanto, que haya sido nombrada por el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Miami, se seguirá usando el nombre de origen pero se añadirá el prefijo ''ex''.

En cuanto a los avisos asociados a vientos locales o regionales, como el cierzo, la tramontana o el levante en el Estrecho no se tendrán en cuenta a la hora de nombrar a las borrascas profundas.

La propuesta de Météo-France, IPMA y AEMET pretende iniciar en esta campaña invernal un nuevo sistema de nombres para estas situaciones en sustitución a los asignados por la Universidad Libre de Berlín, que lleva bautizando anticiclones y borrascas desde 1954.

Esta universidad alemana nombró dos borrascas profundas con ciclogénesis explosiva incluida y que dejaron víctimas mortales y grandes pérdidas económicas en España, Francia y otros países, como Klaus, los días 23 y 24 de enero de 2009 y Xynthia, los días 27 y 28 de febrero de 2010.

Asimismo, informa que cuando se pronostique una borrasca profunda que primero afecte a Irlanda o Reino Unido el nombre será elegido de manera coordinada por Met Eireann y Met Office (los servicios meteorológicos nacionales de estos países) y será respetado por el grupo de Portugal, España y Francia, mientras cuando ocurra al contrario, el respeto por el nombre será recíproco. Ahora se planea extender esta coordinación a todos los países europeos.