El presidente del Senado, Pío García-Escudero, aseguró hoy en Buenos Aires que "en modo alguno" puede calificarse a los líderes independentistas encarcelados como presos políticos.

"Ninguno de ellos está siendo investigado, ni ha entrado en prisión por sus ideas políticas", declaró García-Escudero acerca de los ocho miembros del cesado Gobierno catalán y de los presidentes de las dos principales organizaciones independentistas, Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium, por lo que en modo alguno puede calificárseles como "presos políticos".

En una conferencia durante su visita a Argentina para avanzar en los acuerdos parlamentarios entre ambos países, recordó que la prisión preventiva decretada contra los dirigentes independentistas "no es una decisión del Gobierno, sino del juez competente", que los juzga por delitos de "extrema gravedad", como rebelión, sedición, prevaricación y malversación de fondos públicos, entre otros.

"Mientras actúen con arreglo a la ley, la ley garantiza su derecho a defender sus ideas", sentenció García-Escudero en un discurso sobre el modelo territorial de España en el Centro Argentino para las Relaciones Internacionales.

El presidente de la Cámara Alta española dijo que los políticos que promovieron la declaración de independencia de Cataluña del pasado 27 de octubre "han salido perjudicados, pero van a salir mucho más perjudicados cuando la justicia empiece a actuar".

Además, defendió que la autoproclamación de "Gobierno en el exilio" del presidente cesado de la Generalitat, Carles Puigdemont, junto con cuatro exconsejeros, -todos ellos en Bruselas "en un vano intento de entorpecer la acción de la justicia"- es "un escarnio para la memoria" de los españoles que, tras la Guerra Civil, "se vieron obligados a emprender el amargo camino del exilio".

El titular del Senado aseveró que el movimiento independentista catalán se enmarca "en la oleada contra el modelo de democracia liberal y parlamentaria que hoy sacude Europa", a la que describió "con la etiqueta de populismo".

El proceso secesionista se basa en un "monumental aparato imaginario de falacias y mitos prefabricados", afirmó; "falsedades que son concienzudamente cebadas y difundidas" con el propósito de "fanatizar a los fieles" e "intoxicar a la opinión pública".

En este sentido, señaló la enseñanza como uno de los "problemas" en Cataluña, ante el que el Gobierno español debería hacer una "pedagogía muy grande para difundir la verdad" y "utilizar los instrumentos que tiene el Estado de control de la educación".

Otro de los puntos que rechazó es la "ofensa a la verdad" de la falta de autonomía de Cataluña: "Jamás en toda su historia Cataluña dispuso del grado de autogobierno que hoy disfruta, más incluso que el resto de las comunidades autónomas españolas".

Con respecto a la "ficción de referéndum" del pasado 1 de octubre, rebatió el "argumento falaz de que votar es siempre lo más democrático", lo que ejemplificó con el caso de que "aunque la mitad más uno de la población, o incluso el 100 %, decidiera restablecer la esclavitud, esa medida no dejaría de ser inaceptable".

García-Escudero se mostró confiado en que tras las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre se abra "una etapa diferente", ya que algunos líderes independentistas ya empezaron a "hacer apelaciones al diálogo", lo que muestra una "intención de volver a un ajuste lógico que sea bueno para todos".

Con respecto a posibles cesiones a las fuerzas independentistas para que renuncien a la vía unilateral, declaró que "la Constitución es reformable, no es problema, pero vamos a hacerlo por las buenas, no por la vía del chantaje y la imposición".

Por último, se dirigió a todos aquellos que, fuera de España, "desde el prejuicio y la desinformación, repican alegremente" que España es un Estado autoritario, a los que aconsejó "algo tan sencillo como imaginar que una situación como esta tuviera lugar en su propio Estado".

"Estoy seguro de que, entonces, su opinión sería muy distinta", finalizó.