El 61,78% de los presupuestos destinados para la I+ en 2016 no se utilizaron (3.114,6 millones de euros), el porcentaje más alto desde, al menos, 2003. Además, este porcentaje de no ejecución de 2016 representa el 23,48% del total de remanentes de crédito del conjunto de los PGE de 2016.

Así lo pone de manifiesto el informe ''Análisis de los recursos destinados a I+ contenidos en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) aprobados para el año 2017'', elaborado por la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) y que ha sido presentado este miércoles, 4 de octubre en Madrid.

El informe, en el que han participado el doctor en Ciencias Físicas, José de No, y el catedrático de Economía Aplicada de la UCM, José Molero, indica que de los 3.114,6 millones de euros que no se ejecutaron, la mayor parte fueron fondos financieros, pues sólo se ejecutaron el 23,03%, mientras que el porcentaje de ejecución de los recursos no financieros ascendió al 82,28%. Según los expertos, la ejecución de fondos financieros (créditos) es "bastante penosa".

Según han advertido los expertos, aunque los PGE de 2017 se han incrementado en 84 millones de euros, es decir, un 1,31%, este incremento fue más destacado por el aumento de fondos financieros, ya que los no financieros, además, disminuyeron. "Se siguen aumentando los presupuestos pero no se consiguen gastar", ha lamentado José de Nó, que considera que el porcentaje de presupuesto no ejecutado de 2016 fue "brutal". A su juicio, que no se ejecute el presupuesto es una "locura" y considera que las becas (fondos no financieros) constituyen "la columna vertebral del sistema de ciencia publica".

Los expertos atribuyen esta bajada a que los presupuestos de ese año no incluyeron partidas para pagos por obligaciones de años anteriores, que no fueron pagados posiblemente, a juicio de los expertos, por el cierre anticipado del Ejercicio.

ASPECTOS CRÍTICOS

Durante la presentación de este análisis, los expertos han destacado tres aspectos "críticos": la financiación de fondos de investigación, la financiación de los Organismos Públicos de Investigación (OPI) y la financiación destinada a la formación de investigadores.

En primer lugar, destacan que la "novedad" en 2017 ha sido que las partidas específicas para el Fondo Nacional de Investigación (FNI) han desaparecido. Estas se han integrado en la recién creada Agencia Estatal de Investigación, de la que lamentan su dependencia de Hacienda. "Esto es tremendo para el día a día para los grupos de investigación", ha dicho De Nó, que ha calificado la situación de "descontrol". "Lo más importante de este fondo es que ya no existe como tal y no sabemos cómo lo va a poner en marcha la Agencia Estatal de Investigación", recalca.

En segundo lugar, los expertos han destacado la reducción de presupuesto destinado a los OPI. Aunque en general, no hay una variación homogénea, señalan que, en conjunto, desciende un 3,25% (42,75 millones de euros), siendo más significativa la disminución de fondos para el INIA (del 25,87%), que Molero califica de "preocupante".

En tercer lugar, han incidido en los presupuestos dedicados a la formación de personal (FPU, FPI y otras becas), los cuales han bajado de los más de 135 millones de euros destinados en 2016 a los poco más de 83 millones en 2017. "Estamos hablando de formación de ciencia avanzada para el sistema económico del país", ha comentado Molero, que apunta que la situación es "dramática". "Los doctores son los que acaban tirando del desarrollo tecnológico de las empresas, estamos hablando del futuro, estas personas formadas no se forman en cuatro años", ha señalado.

En este sentido, según ha comentado el presidente de COSCE, Nazario Martín, que también ha acudido a la presentación, el número de investigadores españoles por 10.000 habitantes sigue "muy por debajo" de países como Francia o Alemania, así como de la media europea. Una de las conclusiones del informe es que en España "se desperdicia el personal que se ha formado" en el país, pues no se les da acceso al sistema, y se "malgastan recursos".

Asimismo, el informe de la COSCE destaca que el déficit acumulado desde el 2009 por el sistema español de innovación puede cifrarse en más de 20.000 millones de euros a causa de la sucesión de recortes presupuestarios encadenados desde ese año, que supuso el momento de mayor financiación de la ciencia. Para regresar a la senda presupuestaria de aquel año, los expertos proponen un crecimiento anual de los PGE de un 5%, porcentaje que para Molero no es "inaccesible", pues alerta de que "el sistema de ciencia en España está adelgazando".