El exministro del PP Josep Piqué considera "inevitable y muy deseable" que se convoquen elecciones en Cataluña este año porque los catalanes, dice, necesitan de un Gobierno "que se ocupe de las cosas" y no se centre "en un único objetivo obsesivo como es la independencia".

En una entrevista con Efe, el también expresidente del PP en Cataluña insiste en que los catalanes necesitan "un Gobierno que gobierne" porque los hospitales, las escuelas, y la propia hacienda de la Generalitat tienen que seguir funcionando y ahora "todo el mundo sabe que subsisten por las aportaciones permanentes del Ejecutivo central".

No obstante y pese a ese deseo de elecciones, Piqué no ve claro que se convoquen y cree que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, intentará retrasarlas "todo lo que pueda" dado que el partido al que pertenece (PDeCAT) tiene unas expectativas electorales "muy malas".

Sin embargo y a la espera de que todo esto derive en un "impás político", Piqué opina que el Gobierno catalán "no tendrá más remedio" que anticipar esa decisión y convocar comicios autonómicos.

A la pregunta de qué pasará el día después del referéndum, Piqué afirma que "no se va a celebrar" y explica que no habrá referéndum "porque no se dan unos términos mínimamente aceptables" para el conjunto de los españoles, de los catalanes y de la comunidad internacional.

Sin embargo, a su juicio, quienes han impulsado el referéndum "tendrán que hacer una valoración" el 2 de octubre. Y lo más razonable sería que "asumieran su fracaso, convocaran elecciones y fuesen los catalanes quienes decidieran el escenario político".

Haya o no referéndum, Piqué reconoce que existe un "problema de fondo" y es que casi la mitad de los catalanes piensa que la independencia es un "objetivo deseable y vivirían mejor fuera de España".

Por esto, el exministro propone trabajar para que esa proporción vaya disminuyendo y sea mayor el colectivo de catalanes que quieran quedar en España, frente a los que se quieren ir.

Pero también habrá que explicar que la decisión de "romper España" no afecta sólo a los catalanes sino a toda España "y ese es el fondo del debate: dejar que una parte decida sobre el todo no parece lo más democrático".

Y en este escenario de conflicto, Piqué, como catalán de nacimiento, dice sentir "profunda tristeza, gran preocupación y un poco de alarma".

Alarma por los brotes de violencia que se puedan generar y que achaca a la CUP, "una fuerza política que no rechaza la violencia para obtener sus objetivos políticos".

Pique asegura que su advertencia está fundada, "no es un temor que descanse sobre una fabulación" y recuerda que la CUP ha avalado manifestaciones violentas en los últimos tiempos.

Y hoy están llamando a la ocupación de espacios públicos "y escraches frente a los que no comparten sus opiniones como los alcaldes que han decidido cumplir con la legalidad", recuerda.

Por tanto, reitera, "es un temor que hay que tener presente".

Frente a esos augurios, Piqué confía en que "todo el mundo actúe con la máxima responsabilidad" y pone el acento en la Generalitat catalana que, en caso de movilizaciones violentas, deberá reprimirlas porque las instituciones de la Generalitat están al servicio de todos, no de los independentistas.

"Y cuando hablo de la Generalitat también hablo de los Mossos d''Esquadra, que son responsables de mantener el orden y se deben al Estatut y a la Constitución", añade.

Finalmente, Piqué también se refiere al libro "Escucha Cataluña, escucha España", del que es coautor junto al exministro Josep Borrell, el jurista Francesc de Carreras y el abogado Juan-José López Burniol y en el que plantea abordar el tema catalán con "espíritu constructivo".

En palabras de Piqué, "espíritu constructivo" significa hacer desde España una labor pedagógica, "que no se ha hecho", y que se centra en explicar las ventajas de pertenecer a "uno de los estados democráticos más reconocidos del mundo y el que ha posibilitado los mejores 40 años de la historia de Cataluña, y que con la independencia se truncarían".