Los atentados yihadistas en Barcelona y Cambrils se han cobrado hasta el momento la vida de catorce personas, al menos cuatro de ellas españolas, además de un centenar de heridos, que, en total, representan a 34 nacionalidades diferentes, desde Francia a Filipinas.

Entre los fallecidos hay un menor de 3 años y su tío abuelo, vecinos de Rubí; una anciana de Sant Hipòlit de Voltregà y una turista de Zaragoza que murió ayer, además de dos ciudadanos italianos, una belga, un canadiense y un estadounidense, según han confirmado sus respectivos países de origen.

Los atropellos intencionados reivindicados por el Estado Islámico en estas dos localidades catalanas provocaron además 126 heridos de diversa consideración, en su mayoría turistas, de los que 61 recibieron ayer el alta médica y 65 permanecen ingresados en distintos centros hospitalarios.

De estos, 17 están en estado crítico, 28 graves, 8 menos graves y 13 leves, según el último balance de Protección Civil.

Las víctimas de los atentados son de 34 nacionalidades diferentes y entre ellas, además de españoles, hay franceses (28 en total), alemanes, holandeses, argentinos, venezolanos, belgas, peruanos, rumanos, irlandeses, cubanos, griegos, macedonios, británicos, austríacos, paquistaníes, hondureños, taiwaneses, canadienses, ecuatorianos, estadounidenses, filipinos, kuwaitíes, turcos, dominicanos o chinos.

Además de las víctimas mortales, hay un niño australiano de siete años que se encuentra desaparecido y cuya madre se encuentra hospitalizada. Su padre se desplaza desde Sidney.

Y las autoridades del Reino Unido investigan el paradero de otro menor de nacionalidad británica.

Un equipo de 24 médicos forenses trabajó durante toda la noche de ayer para realizar las autopsias a los fallecidos, que se encuentran en el Instituto de Medicina Legal de Cataluña, en la Ciudad de la Justicia de L''Hospitalet de Llobregat (Barcelona).

Allí comenzaron a llegar durante la mañana los familiares de las víctimas del ataque para ayudar a la identificación legal de sus allegados.

Cuando se realicen las autopsias, que determinarán la causa de la muerte en cada caso, se procederá a identificar a las víctimas desde el punto de vista científico, es decir, a partir de muestras de ADN, el estudio de la morfología dental y huellas dactilares.

Además, se deben cruzar muestras de saliva de las víctimas con las de los familiares. "Hasta que todo esto no esté completado no se podrá tener una identificación legal de las víctimas", explicaron a fuentes del Departamento de Justicia, que precisaron que estos trabajos pueden alargarse varios días y que hasta que concluyan no se podrán repatriar los cuerpos, en el caso de que sean extranjeros.

Por ello, las autoridades catalanas y españolas se mantienen en contacto permanente con consulados y embajadas para llevar a cabo estas repatriaciones.

Familiares de los afectados por los atentados empezaron también a llegar ayer al Aeropuerto de Barcelona-El Prat, donde reciben el apoyo de un equipo de la Cruz Roja formado por un psicólogo y un socorrista.

El protocolo es el siguiente: los dos efectivos de la Cruz Roja les van a buscar hasta el avión y, desde el primer momento les ofrecen atención psicológica, agua, comida y un espacio donde descansar.

AENA cedió dos espacios -la sala Espacio de la terminal T1 y la sala Cataluña de la terminal T2- para facilitar toda esta atención. Hasta Barcelona viajaron ayer los ministros de Exteriores de Francia y Alemania para visitar, acompañados de la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, a los heridos de ambos países que están ingresados en dos hospitales de la ciudad condal.

Fallecidos identificados

Francisco López, natural de Lanteira (Granada) y residente en Rubí (Barcelona).

Un niño de 3 años, sobrino-nieto de Francisco López. Ambos paseaban por Las Ramblas con la familia.

Pepita, de 75 años y de Sant Hipòlit de Voltregà (Barcelona). Iba con su hija, también herida, por Las Ramblas en el momento del atentado.

El italiano de 35 años Bruno Gulotta, padre de un niño de cinco años y de una bebé de siete meses.

Luca Russo, ingeniero de 25 años, también italiano, que paseaba junto a su novia.

Una mujer portuguesa de 74 años, natural de Lisboa, que visitaba Barcelona en compañía de su nieta, de 20 años.

Una mujer belga de 44 años, Elke Vanbockrijck, madre de dos hijos y residente en la localidad flamenca de Tongeren, cerca de Lieja.

Un ciudadano estadounidense, cuya identidad no ha trascendido.

Una persona de nacionalidad canadiense, según ha confirmado el primer ministro del país norteamericano.

Ana María Suárez, natural de Zaragoza, única víctima mortal del ataque a Cambrils.

Además de las víctimas mortales, hay un niño australiano de siete años desaparecido.